Encuentro de Adviento con los más jóvenes de la Hermandad |
Cristo quiso con su nacimiento en Belén, lo mismo que con su muerte en la cruz, demostraros fuera de toda duda, que Dios nos ama. Mirando al niño de Belén o al Crucificado, a la Virgen María, a san José, no podemos dudar del amor de Dios, porque no hay prueba mayor de amor que el que alguien dé la vida por ti y si,
además, ese alguien es el propio Dios la cosa adquiere dimensiones tan grandes que sólo se puede responder con todo el amor del que somos capaces. El cristiano, que conoce y tiene experiencia del amor de Dios, cuando sufre, cuando siente angustia lo mismo que la sienten el resto de los mortales, no se hunde, sino que “levanta la cabeza”, mira al cielo, confía en el amor de Dios y ahí encuentra su paz y su esperanza.
Esta semana podemos aprovechar para recibir el Sacramento de la Penitencia. Hacer un buen examen de conciencia, confesar los pecados y pedir perdón. También tenemos la posibilidad de compartir con los más necesitados:
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