PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

martes, 16 de septiembre de 2014

HILARIO URBANO CÁMARA SU MUJER E HIJOS, 7 AÑOS DE MISIÓN EN SUECIA.

Envío a la misión
Somos Hilario Urbano (35 años), de Pozoblanco y Ruth Sastre (33 años) originaria de Valladolid, casados hace 12 años en Córdoba. Tenemos 8 hijos y esperamos el noveno, que D.m. nacerá a finales de septiembre. Desde hace 7 años somos una Familia en Misión en un pueblecito pequeño del sur de Suecia, llamado Olofström. Yo era profesor de Universidad en Córdoba y Ruth había trabajado de secretaria en una concesión de coches. La verdad es que contar todo lo que el Señor está haciendo con nosotros en tan solo unas líneas es reducir muchísimo la obra de Dios, pero lo intentaremos...
 Nuestros padres, gracias a Dios, nos han educado en la iglesia católica.
Anuncio del Evangelio en la Plaza de Malmö (Suecia)
Soy el mayor de nueve hermanos, todo un regalo aunque a veces no lo entendía. Mi mujer es la tercera de doce hermanos e hija de misioneros seglares itinerantes de la iglesia católica. Habíamos coincidido un par de veces en nuestras vidas ya que los padres de Ruth son los catequistas de mis padres y cuando visitaban la Parroquia de San Sebastián coincidimos alguna vez que otra, pero el Señor ya tenía preparada una historia para nosotros. Nos conocimos en un encuentro de jóvenes que San Juan Pablo II hizo en el 95 en Loreto. La virgen siempre nos ha ayudado muchísimo. Esta relación vive gracias a ella. Éramos muy jóvenes, pero ya el Señor nos unió de una forma que nunca antes habíamos experimentado. Pasamos por distintas etapas en nuestro noviazgo, una de ellas de obediencia a la iglesia que nos hizo madurar para prepararnos al matrimonio. Gracias a esta obediencia pudimos fundar nuestro matrimonio sobre la verdadera roca, y no sobre nuestros proyectos. Nos casamos jóvenes y el Señor empezó a bendecirnos con hijos. Teníamos 23 y 21 años respectivamente cuando nació nuestra primera hija. El Señor ha sido muy bueno y dulce con nosotros. Yo, que siempre me busco a mí mismo, que he sido un afectivo, siempre buscando el afecto, el quedar bien delante de los hombres, pude encontrarme con Jesucristo en un momento concreta de mi vida. Fue algo que hizo que madurara y empezara a hacer de mí un hombre.
Ruth, hija de misioneros itinerantes y toda su vida en misión también ha tenido sus combates.
Como agradecimiento a lo que Dios estaba haciendo en nuestras vidas pusimos nuestra vida a Su disposición para poder llevar a otros el amor que Dios tiene al hombre. Así que, en el año 2008, en una convivencia de familias en Porto San Giorgio – Italia, el Señor nos llamó a dar nuestra vida en Suecia. Un país que está necesitado del amor de Dios. Mucha gente no entiende por qué Suecia, un país de “bienestar” social necesita misioneros… muchos se preguntan: pero ¿los misioneros no eran en África o en países pobres?…¡Qué pobreza más grande la de este país! Por supuesto no a los ojos del mundo, sino a los ojos de un cristiano. Una sociedad que camina sin alma, que ha perdido el norte, un país oscuro, frío y no solamente por el clima (que la verdad es que también lo es) un país que anhela la luz y que al mismo tiempo no la quiere, un país que adolece del verdadero Amor, donde la familia no tiene ningún sentido, donde lo que vale es el individuo, y su bien propio. Donde la sociedad devora sin contemplación a las personas, inculcando una mentalidad, una forma de vivir muy pobre.
Precisamente aquí es donde el Señor ha querido encontrarse con nosotros. Estamos aquí para, primero encontrarnos cada día con Jesucristo y segundo para mostrar Su Amor a los hombres. El Señor nos ha regalado muchos hijos que no son fruto de nuestro esfuerzo, sino un don suyo. Y por supuesto todo esto apoyados por nuestros hermanos, por nuestra comunidad.
En nuestra Parroquia San Antonius de Olofström con otros hermanos, junto al  Obispo de Suecia, Mons. Anders Arborelius, y el párroco F. Boguslaw.
 Ni que decir tiene que no es una misión de Hilario y Ruth, sino de la iglesia de Córdoba, concretizada en nuestra comunidad parroquial, la que está detrás de nosotros, la que nos sostiene, la que nos ayuda.
Podemos ver como el Señor se vale de lo que no vale, para confundir a los sabios e inteligentes. 
 
La verdad es que estamos contentísimos de que el Señor se haya fijado en nosotros, aunque no sin sufrimientos ni combates.

Rezad por nosotros: Hilario y Ruth, Paula, Miguel Ángel, Ruth, David, Gabriel, María de Loreto, María del Jordán y Sara (y el bebe).


2 comentarios: