El gesto de la imposición de la ceniza tiene el sentido de reconocer la propia fragilidad y mortalidad, que necesita ser redimida, salvada, por la misericordia de Dios. Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que estamos llamados a asumir en el itinerario cuaresmal: tiempo de oración, de reflexión, de penitencia, de ayuno y vigilia.
En las celebraciones que indicamos más abajo se bendecirán y se impondrán la ceniza, hecha de las palmas y los ramos de olivo bendecidos en el Domingo de Ramos del año pasado. Las familias que han guardado los ramos o las palmas, los llevan a la casa de una feligresa, que tiene un buen patio, y se queman los días previos.
El Miércoles de Ceniza no es día de precepto, pero sí es precepto hacer ayuno y abstinencia.
La Iglesia nos pide, nos anima, ayunar el miércoles de ceniza y el Viernes Santo (que fácil lo tenemos, solo dos veces al año) y consiste en hacer una sola comida. La abstinencia, los viernes de Cuaresma.
“El verdadero ayuno, por consiguiente, tiene como finalidad comer el ‘alimento verdadero’, que es hacer la voluntad del Padre (cfr. Jn 4,34). Si, por lo tanto, Adán desobedeció la orden del Señor de ‘no comer del árbol de la ciencia del bien y del mal’, con el ayuno el creyente desea someterse humildemente a Dios, confiando en su bondad y misericordia” (Benedicto XVI).
Someterse humildemente a Dios. En ese sometimiento consiste nuestra verdadera grandeza, nuestra auténtica libertad.
Celebraciones del Miércoles de Ceniza
- 6:30 hs Laudes en el Catecumenium de San Sebastián
- 8:30 hs Celebración de la Palabra en el Hospital Comarcal
- 12 hs Celebración en el CAMF
- 18 hs Celebración con los niños y padres de la catequesis
- 19:30 hs Santa Misa en la Parroquia
Como veis, los tenéis muy fácil...
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