Elegir a Cristo, no garantiza el éxito según los criterios del mundo, pero asegura la paz y la alegría que solo Él puede dar. Hacer la voluntad de Dios no es lo más fácil pero si lo más seguro.
No podemos defender la fe, la familia, la vida de los hijos desde el seno materno si no estamos dispuesto a sufrir. “El sufrimiento, más que cualquier otra cosa, es el que abre el camino a la gracia que transforma las almas”. (Juan Pablo II).
No buscamos ni deseamos el sufrimiento, pero si se presenta lo aceptamos como un don de Dios. Un lugar donde se da de una manera especial el encuentro con Jesucristo que nos toca y dice “quedas limpio".
(Hoy celebramos la eucaristía de la novena de la Virgen de Luna en Santa Catalina a las 20 hs.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario