Dios se sirve de sucesos corrientes para atraernos a su amor. En ocasiones hace grandes milagros, que pasan inadvertidos a nuestras miradas. Pero el mayor milagro sigue siendo el camino habitual, sencillo, de su providencia ordinaria.
Muchos creen que los que sienten la llamado por Dios a entregarse totalmente a su servir, jamás han faltado a Misa, ni han roto un plato, se saben todo el cantoral de memoria y toda su familia es santa... Nada más lejos de la realidad.
Quienes hemos sido llamados a este servicio hemos experimentado en carne propia la misericordia de Dios. ¿Cómo es posible que Dios llame a alguien tan imperfecto como yo? ¡Es posible! Solo sabemos que Dios llama a quien quiere.
Pastoral "boca"cional |
El hombre es hombre por naturaleza. Dios le llama al sacerdocio siendo hombre, no espera que se convierta en una planta o un pedazo de granito que no siente nada. Lo que pasa con un sacerdote es muy similar al matrimonio. Cuando el marido se une a su esposa, renuncia a todas las mujeres menos a una, su esposa. El sacerdote renuncia a todas y también a esa “una” que podría tener. Ese lugar lo ocupa Dios. Y no renuncia a su paternidad sino que la extiende a todos.
La virginidad es un don recibido para recordar a todos que en el corazón de cada uno hay un espacio virgen reservado para Dios y que sólo Él lo puede llenar.
Pidamos estos día por los seminaristas que se preparan para el sacerdocio. Que el el Señor conceda a su Iglesia presbíteros santos, humildes y misioneros.
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