Corrección fraterna

A partir del Evangelio y el trato de Jesús con sus discípulos, la corrección fraterna es una tradición que no podemos perder entre los cristianos; una obligación de amor y de justicia al mismo tiempo. Entre los consejos de San Pablo a los cristianos de Corinto está el de “exhortarse mutuamente”. “Las correcciones, en efecto, hacen bien y son de más provecho que una amistad muda. Si el amigo se siente ofendido, corrígelo igualmente; insiste sin temor, aunque el sabor amargo de la corrección le disguste" (San Ambrosio). Dice el libro de los Proverbios: las heridas de un amigo son más tolerables que los besos de los aduladores ( Pr 27, 6). Y también San Agustín advierte sobre la grave falta que supondría omitir esa ayuda al prójimo: “Peor eres tú callando que él faltando”.

"Otros perros sólo muerden a sus enemigos, mientras que yo también muerdo a mis amigos con el fin de salvarlos".