PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

martes, 15 de septiembre de 2015

¿Alguien ha mirado alguna vez el cestillo de la colecta de la Parroquia?

   El mes de agosto hemos aprovechado para pintar el templo parroquial, por fuera y por dentro, y además se ha pulido el suelo del presbiterio. La última vez que se hizo este trabajo en el templo hace 20 años. Esperamos que el trabajo realizado también dure tanto… El importe total de lo realizado lo pondremos en el tablón de anuncios de la Parroquia, porque aún no se ha terminado de pagar (entorno a 11.000 euros).

   Nuestra  Parroquia se mantiene en sus necesidades materiales: luz, teléfono, agua, aire acondicionado, calefacción, mantenimientos, actividades diversas, reparaciones ordinarias, ayuda a los sacerdotes, ayuda a personas necesitada, etc… gracias a la generosidad de sus feligreses. No contamos con ayudas ni municipales, ni autonómicas, ni estatales, ni ningún tipo de subvenciones, sólo la ayuda de todos y cada uno de vosotros; ya sea con un donativo puntual, con una suscripción periódica o las colectas en las Misas. Tampoco sería posible, la labor que realiza la Parroquia, sin las personas que generosamente regalan su tiempo a los demás en las distintas catequesis y actividades varias. El milagro de llegar a fin de mes se basa en administrar muy bien el poco dinero que entra, gastar poco, cobrar lo justo y fundamentalmente Fe en la Divina Providencia.

   ¿Alguien ha mirado alguna vez el cestillo de la colecta de la Parroquia? Los 5-10 céntimos son los más asiduas a la Misa Dominical… Se ve que el ejemplo de la alabanza a la Viuda del Evangelio por parte de Jesús ha sido bien aprovechado.

   Si la Parroquia económicamente se defiende es por una administración espartana, bastante austera, en la que no se tira un céntimo y en la que además mucha gente trabaja por amor a Jesucristo. Además nuestras matemáticas, desde luego, no son las de Dios. Dios usa otros valores en las cuentas, que no coinciden con los nuestros. Si preguntamos a uno, cuántos son 70 por 7, nos responderá que son 490 (son nuestras matemáticas). Pero si Pedro pregunta a Jesús cuántas veces tiene que perdonar, le responde que 70 veces 7, que en el lenguaje de Dios no significa 490 veces, sino “siempre”. Esas son las matemáticas de Dios; las matemáticas de la misericordia.
Cuando aquella multitud de gente que seguía a Jesús no tenía que comer, y estaban en descampado sin poder comprar, los apóstoles le dijeron que había un muchacho entre la multitud que tenía cinco panes y dos peces. Y se preguntan: ¿qué es eso para tanta gente?
Pero Jesús hace que aquello llegue a todos y que sobre doce cestos llenos, después de haber dado de comer a cinco mil, sin contar mujeres y niños. Nuevamente las matemáticas de Dios son distintas. Cinco panes y dos peces no son cinco más dos; es todo lo que se necesita para una multitud.
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Quien da, en realidad recibe.

Sabemos que son tiempos difíciles, por eso desde la parroquia agradecemos de corazón todas las colaboraciones, por pequeñas que sean.
Ayuda a tu parroquia, no hay cantidades pequeñas (tampoco demasiado grandes).

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