PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

sábado, 25 de julio de 2015

Solemnidad de Santiago, Apóstol, patrono de España

   Las listas  bíblicas de los Doce Apóstoles mencionan dos personas con el nombre de Santiago: Santiago, el hijo de Zebedeo, y Santiago, el hijo de Alfeo (cf. Mc 3, 17-18; Mt 10, 2-3), que por lo general se distinguen con los apelativos de Santiago el Mayor y Santiago el Menor.
   Hoy celebramos la  Solemnidad de Santiago, el Mayor, patrono de España. Juntamente con Pedro y Juan, su hermano,  pertenece al grupo de los tres discípulos que fueron testigos privilegiados de los momentos más importantes de la vida de Jesús.  Santiago pudo participar, juntamente con Pedro y Juan, en el momento de la agonía de Jesús en el huerto de Getsemaní y en el acontecimiento de la Transfiguración de Jesús. Se trata, por tanto, de situaciones muy diversas entre sí: en un caso, Santiago, con los otros dos Apóstoles, experimenta la gloria del Señor, lo ve conversando con Moisés y Elías, y ve cómo se trasluce el esplendor divino en Jesús; en el otro, se encuentra ante el sufrimiento y la humillación, ve con sus propios ojos cómo el Hijo de Dios se humilla haciéndose obediente hasta la muerte. Tuvo que vislumbrar que el Mesías, esperado por el pueblo judío como un triunfador, en realidad no sólo estaba rodeado de honor y de gloria, sino también de sufrimientos y debilidad. La gloria de Cristo se realiza precisamente en la cruz, participando en nuestros sufrimientos.
   Al inicio de los años 40 del siglo I, el rey Herodes Agripa, nieto de Herodes el Grande, como nos informa san Lucas, "por aquel tiempo echó mano a algunos de la Iglesia para maltratarlos e hizo morir por la espada a Santiago, el hermano de Juan" (Hch 12, 1-2). Varios siglos después su cuerpo habría sido trasladado a España, a la ciudad de Santiago de Compostela. Como todos sabemos, ese lugar se convirtió en objeto de gran veneración y sigue siendo meta de numerosas peregrinaciones: “el camino de Santiago”.
   La tradición dice que este Apóstol evangelizó España, importante región del imperio romano, donde remontando por el rio Ebro y en un momento de desánimo se le aparece la Virgen, en Zaragoza,  para animarle a seguir anunciando el Evangelio porque el Señor tenía preparado en estas tierras un pueblo que daría sus frutos.
   La fe ha llegado hasta nosotros a través del testimonio de muchas personas, de acontecimientos en los que se ha decidido la suerte de la iglesia en nuestro país…  Y en el origen está un grupo de hombres no especialmente geniales ni exentos de limitaciones y pecados, que son los apóstoles. El mismo san Pablo nos dice que al apóstol se le ha confiado un tesoro pero que lo lleva en una vasija de barro. Pero además de sus propias debilidades se ve sometido a persecuciones que lo ponen continuamente al límite.
   ¿Cómo puede ocurrírsele a Dios esta forma tan extraña de proceder? El mismo San Pablo lo explica: para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros”.
El Evangelio de hoy nos hace ver que Santiago no fue elegido por sus cualidades, sino por un amor especial del Señor. Él como nos pasa a nosotros puso a prueba la paciencia del Señor. Pero si permanecemos en su compañía, Él nos ira mostrando cada vez de manera más clara lo que quiere de nosotros, irá purificando nuestra intenciones y conduciendo por buen camino nuestros deseos.  

   Recemos hoy  especialmente por España.

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