La tradición cristiana de felicitarnos en la Navidad, no lo hacemos al modo de quien aspira a un deseo, sino como un recordatorio del don que ya nos ha sido dado en Belén. Somos “ya” felices y dichosos, porque en Él lo tenemos todo. ¡El Cielo ya ha comenzado en la tierra: en todos aquellos que han acogido a Jesús, como el Hijo de Dios! “Quien a Dios tiene nada le falta. Solo Dios basta” (Sta. Teresa de Jesús).
¡No nos avergoncemos de la palabra felicidad! No caigamos en la tentación de pensar que se trata de un término “rosa”, “ñoño”, idílico e inalcanzable… Digamos con pleno sentido:
¡FELIZ NAVIDAD Y UN AÑO 2015 LLENO DE GRACIA Y BENDICIÓN!
Un signo de la felicidad es el agradecimiento, por eso os invitamos a dar gracias a Dios, bendiciendo la mesa esta Nochebuena. Nuestra propuesta de bendición:
"Esta noche buena nos reunimos en esta mesa para recordar y celebrar el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo.
Te damos gracias Señor, Dios Padre Omnipotente, porque por tu bondad en una noche como ésta, permitiste que tu Único hijo se hiciera hombre para liberarnos del yugo del pecado.
Gracias, Jesús Nuestro Señor, porque nos enseñaste a ser humildes naciendo en un pesebre cuando podías haber nacido en un palacio. Enséñanos a ser como tú, humildes y mansos de corazón.
Gracias, San José, hombre justo que acogiste con generosidad al Hijo de Dios y que protegiste con amor a la Santa Madre de Dios.
Gracias María, Madre de Dios y Madre nuestra, por haber dicho "Si" cuando el ángel te anunció la voluntad del Padre.
En esta Noche Santa, te pedimos Señor por nuestras necesidades:
Te pedimos por la Santa Iglesia Católica, que el Evangelio llegue a todos los hombre.
Te pedimos la Paz del mundo.
Te pedimos por nuestro país y por nuestros gobernantes, para que sepan guiar con justicia nuestra nación.
Te pedimos Señor por nuestra familia, por nuestros amigos, por nuestros compañeros, por nuestros vecinos.
Señor, Dios del Universo, te damos gracias por estos alimentos que por tu bondad recibimos de tus manos. Te pedimos por los pobres del mundo que no pueden, en esta Noche Santa, cenar como nosotros cenamos. Te pedimos por ellos, y por nosotros para que aprendamos a compartir los bienes que nos das todos los días, para que a ejemplo de Jesucristo Señor nuestro, sepamos vivir el amor con nuestro prójimo todos los días de nuestra vida.
Bendícenos, Señor, y bendice estos alimentos. El Rey de la Gloria Eterna nos haga partícipes de Su mesa Celestial. Amén"
¿Y qué tal si nos vemos en la Misa del Gallo?
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