Calor es lo que hace aquí, en el mar Muerto. |
La providencia ha querido que después de 13 años, en distintas parroquias de nuestra diócesis, el próximo curso continúe la misión en África, Guinea Ecuatorial. Confieso que el primer sorprendido soy yo, que el Señor siga contando con un servidor para participar de la Nueva Evangelización.
Siempre me ha parecido un gran regalo, un don, la llamada a la misión que Dios me hizo hace 22 años cuando salí por primera vez de mi tierra.
Porque la mayor tristeza en que se puede encontrar una persona es el desconocimiento del amor de Dios. Cuando uno ignora que Dios le ama, que ha sido bendecido por Dios y que sus preocupaciones y proyectos no son indiferentes al plan salvador de Dios, se hace difícil vivir con esperanza, mantener el deseo de hacer las cosas bien y de mantener la alegría. Sólo la presencia de Dios, el encuentro con Jesucristo, la seguridad que infunde en el corazón la experiencia de la fe, es capaz de hacernos vivir con ilusión cada día, de transcender nuestros dilemas, de encontrar un sentido profundo y real a lo que vivimos en cada momento.
"Cáritas Christi urget nos”, es el amor de Cristo que llena nuestros corazones y nos impulsa a evangelizar. "¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!".
De momento no me despido, porque estaré en la Parroquia hasta mediados de agosto.
P.D. Si alguno quiere un libro que pase por casa y se lo regalo. Como podéis imaginar este traslado tengo que hacer ligero de equipaje.
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