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Agradecemos a Rafa González que todos los años pinta el Cirio Pascual de la Parroquia |
La vocación del cristiano resucitado es iluminar. Iluminar a través de amor. Amor a Dios y amor a los hermanos.
Pasan los días y el cirio irá menguando, gastándose en el servicio de Dios. Algo así debe ser la vida del cristiano, nuestra vida: consumida y quemada en entrega a Cristo, en su honor, servicio y alabanza.
El cirio es el Rey de la noche pascual. El Rey de la noche oscura, de las tinieblas y oscuridades. Sabemos que al final de la noche despunta y se levanta la aurora.
El cirio pascual que se enciende en la vigilia se utilizará en todas las celebraciones del tiempo pascual, hasta Pentecostés. Después del tiempo pascual, únicamente en los bautismos, en las confirmaciones y en los funerales, como signo del Misterio Pascual y de la victoria de Cristo sobre la muerte. En cierto modo, en los funerales, el cirio pascual es como una bandera que proclama que, si bien aún estamos en tiempo de combate, ya hemos vencido en Jesucristo.
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