Estoy muy contenta de haber podido hacer un servicio al Señor, en su Iglesia.

Petri Pozuelo Márquez 

Hace más de cuarenta años que llevo en la primera Comunidad Neocatecumenal de San Sebastián. Me ha hecho mucho bien en la vida. Disfrutando de la comunión con tantos hermanos, donde nos queremos y ayudamos…

Cuando me jubilé, me ofrecí para ayudar y trabajar a tiempo completo al servicio de la Iglesia. Mi primer destino fue el Seminario Redemptoris Mater de Córdoba, como cocinera. He estado seis años muy contenta de hacerles la comida a jóvenes que después serían sacerdotes (entre ellos, nuestro querido Párroco Aníbal).

Después me enviaron a una casa de convivencia de Cabra, también para ayudar en la cocina, donde a veces comen más 150 hermanos. Después de seis años me preguntaron si me quería ir de misión a Noruega, y dije que si. Allí ya no era para cocinar, si no para ayudar a una pequeña comunidad a seguir adelante.

Ya en Noruega había una familia en misión, de Peñarroya, con tres hijos y una hermana de Villanueva de Córdoba, que me fui a vivir con ella.

He visto como ayuda el Señor para que tú ayudes a los demás. Matrimonios desechos han podido, con la ayuda de Dios, formar un matrimonio cristiano. Otro polaco que se fue de su casa enfadado rodando en busca de trabajo, vio el anuncio de las catequesis y entró con su pareja y su hija, al poco tiempo se casaron y decía que para él era un día grande porque llevaba años sin recibir al Señor.

Cuando ves tantos milagros que hace el Señor te da más ganas de seguir trabajando para Él…

Una anécdota para mí muy significativa: cuando era joven, vi en la tele Noruega cubierta de nieve y le dije al Señor: si yo pudiera ir alguna vez a ver ese país tan bonito. Y con cerca de 80 años, me ha llevado. Lo malo es que cuando la nieve se hace hielo: me caí cuatro veces. Gracias a Dios nunca me rompí nada.

El año pasado he vuelto a mi casa, a mi parroquia y comunidad, muy contenta de haber podido hacer un servicio al Señor en su Iglesia.