El sábado, celebrando la Eucaristía con algunos jóvenes de la Soledad en el CAMF |
El problema está precisamente en que la gente busca la felicidad donde no puede encontrarla. En cambio, aquellos que han apostado por Cristo y que han hecho de Él la fuente de su felicidad la han encontrado y lo han hecho al margen de las situaciones cambiantes de la vida e incluso de los sufrimientos que nunca faltan. Demos gracias a Dios por haberle encontrado porque sólo Él nos puede llenar de esperanza.
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