PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

miércoles, 8 de agosto de 2018

¡Esta vez me han pillado!

Os dejo una parte de la entrevista que me ha hecho Antonio Jimeno del blog Sociedades binarias

1. Soy uno de esos a los que le llega el Evangelio todos los días, lo cual está muy bien, pero a veces he pensado si no habrá alguien que esté sustituyendo un mensaje de WhatsApp por asistir a misa, ¿crees que se corre ese riesgo del que te hablo?

No creo que nadie, en su sano juicio, sustituya la celebración de la Misa por un mensaje de WhatsApp. No tiene la misión de sustituir nada. Además es muy cansino leer textos largos por el móvil.

Pero la gran mayoría llevamos un móvil en el bolsillo, y nos acompaña a todas partes, junto con las llaves de la casa y la cartera. El teléfono móvil se ha convertido en el amigo/enemigo (como quieras) inseparable. Esto lo quiero aprovechar para colar el evangelio en el bolsillo de los amigos, vecinos, familiares, etc… 

Muchos sin estar alejados de la fe no leen el Evangelio por el motivo que sea: no tienen tiempo, no tienen uno en casa, les da pereza, piensan que no tiene nada que ver con su vida, etc… Así por lo menos le llega a través de un formato muy sencillo y lo puede mirar en cualquier momento y lugar del día.


2. Aunque Benedicto XVI ha afirmado que el ambiente digital no es un mundo paralelo, los que llevamos muchos años en esto de internet sabemos que en cierto modo es una gran burbuja muy proclive a caer en el solipsismo y a magnificar sus logros.  De la gente a la que llegas, ¿sabes cuánta gente lee tus envíos? ¿Sueles comentarlos con sus destinatarios?

El blog recibe en torno a 2000 visitas semanales. Y en la lista de difusión de WhatsApp hay 200 contactos que reciben a diario el Evangelio y un breve comentario. A su vez hay varios que colaborar volviendo a reenviar el mensaje a sus contactos… Esto ya escapa a la posibilidad de cuantificar.
Al preparar el comentario del Evangelio del día, el primer beneficiario soy yo, porque ya tengo como una disciplina, una relación diaria con la Escritura, con el Magisterio, los Santos y Doctores de la Iglesia. Solo por esto ya me doy por satisfecho.

Como respuesta a los mensajes suelo recibir, de conocidos y de gente que no conozco de nada, pidiendo que rece por ellos (comentándome sus sufrimientos), o me sugieren que concretice más algunos comentarios o me hacen ver algún error en la redacción… cosa que lo agradezco. Como verás un público así me anima pero también en algunas ocasiones he pensado dejar ya de enviar estos comentarios, porque uno no siempre está bien ni inspirado.

 3. En tu blog, dedicado a la parroquia y actualizado casi a diario, hay entradas de todo tipo, ¿qué objetivo te marcaste cuando lo creaste? ¿Qué satisfacciones te reporta a nivel personal?

Antes que nada, no tengo grandes pretensiones  con estos medios. Esto sirve para lo que sirve y nada más. Para evangelizar nada mejor que el vis a vis. Este ha sido el método de Jesucristo, de los Apóstoles, de los primeros cristianos, hasta llegar a nosotros. No creo que la nueva evangelización pase por aquí. Pero no se puede ignorar que muchas personas, miembros de nuestra parroquia, de nuestro pueblo, viven con naturalidad parte de su vida cotidiana en Internet. Podemos decir que la red se ha convertido en un ámbito existencial en el que se relacionan, trabajan y se divierten. Me gusta hablar de Jesucristo en un idioma que se entienda y sea familiar a nuestros contemporáneos.

Creo que ya te he respondido en parte la pregunta. Pero añado que también creé el blog pensando en los miembros de la parroquia que están fuera: los que están en la misión, los que están estudiando, trabajando, veraneando… para estar al tanto de la “familia de la fe”.

Como puedes ver el blog tiene muchas manos. Yo en realidad escribo muy poco en ella. Más o menos ya tengo claro lo que realmente interesa y ayuda a los que siguen el blog. Una buena foto, los testimonios, las experiencias, una entrevista, siempre de personas de nuestro entorno, disparan las visitas.

La satisfacción es que estoy rodeado de personas con experiencias muy fuertes de encuentro con Jesucristo. Y que no tienen ningún miedo ni escrúpulos para contarlo abiertamente.

4. A pesar de que es evidente que tú estás haciendo todo lo posible para solucionar el problema, pienso que de las labores de las parroquias se conoce muy poco. ¿Qué hace un cura de parroquia cuando no está diciendo misa?

Mis actividades dependen del día y del tiempo litúrgico. Una cosa es el ritmo del Adviento, otro de la Cuaresma, Semana Santa y Pascua, o el Tiempo Ordinario. Lo bueno de esta vocación es que cada día es diferente y no puedes llevar una agenda fija. De una boda pasas rápidamente a un funeral, de un bautizo a dar la unción de enfermos a un moribundo, de visitar a una familia a una visita o celebración en el  CAMF, de una peregrinación fuera de España con los jóvenes a ir a confesar a los del centro ocupacional de PRODE. De una celebración con los hermanos de las comunidades del Camino Neocatecumenal a una celebración con los hermanos de la Hermandad de la Soledad o a una fiesta de verano con el Coro San Sebastián o estar toda la mañana en el hospital ... También toca hacer de ecónomo, administrador, de cocinero, las labores propias de la casa, de chofer...

También hay momento de soledad para la oración y reflexión. La relación con todo tipo de personas de diferente condición social, fe, cultura, edad, biografía... y el trato a niveles más profundos hace muy enriquecedor este servicio.
Esto en líneas  generales, y conste que en mi caso es una Parroquia pequeña, imagínate una Parroquia grande.  Es decir, no hay tiempo para estar ocioso y pasar el día haciendo sudokus.

5. Pasemos a otras cuestiones. Richard Dawkins, quizás el más destacado apóstol del ateísmo,  argumenta que el sentimiento religioso tiene casi todo que ver con el entorno social en el que crecemos, algo, que aunque sea imposible no estar de acuerdo, a mi juicio es muy exagerado . Tú mismo dices en la iglesia que a veces te sorprendes de que te hayas convertido en cura viniendo de una familia liberal que no precisamente tenía la religión como una de sus prioridades -el mío es un caso como el tuyo-, y al revés. ¿Qué te hizo preocuparte por el hecho religioso hasta llegar a convertirte en cura?

Tendría que contarte mi vida… Por lo menos una pequeña pincelada.
Hasta los 18 años me ha resultado totalmente indiferente la Iglesia y todo lo relacionado con ella. Al terminar el instituto empecé a trabajar mañana y tarde, y por la noche las clases en la universidad (en Paraguay el que no trabaja difícilmente puede hacer una carrera universitaria, a no ser que los padres estén muy bien económicamente), vivía solo y ya “gozaba” de una total independencia. Pues, te puedes imaginar con esa edad, sin ningún control, ni autoridad ni normas y con deseos de conocer mundo… Yo, hijo único y de padres separados, con un resentimiento y rechazo por esa situación,  era carne de cañón para todo tipo de desorden. Por experiencia, sé que en una familia desestructurada los que más sufren son los hijos. Arrastrando unas heridas y taras que no se superan fácilmente. 
Durante unos años llevé una vida bastante desordenada probando todo lo que pillaba y ofrecía la “gran ciudad”. Hoy cuando escucho que Cristo salva comprendo perfectamente lo que quiere decir. Porque mi vida iba derecha a la tumba, estaba en las puertas del infierno del alcohol, la promiscuidad...

 En medio de esta movida, como caídos del cielo, aparecieron en mi vida unos amigos que hablaban de una forma natural, alegre y constante de Jesucristo, de la Iglesia, de sus celebraciones, sus convivencias, sus catequesis… Esto me llamó fuertemente la atención, gente joven que no tenían ningún complejo, que me proponían y me hablaban de Jesucristo con un desparpajo como si ellos se hubieran tomado un café con Él.

Me acerque por curiosidad y la insistencia de algunos, y me encontré una iglesia llena de jóvenes. Entré a formar parte de una comunidad del Camino Neocatecumenal en una de las parroquias de Asunción-Paraguay. Allí me encontré un ambientazo; para que te hagas una idea, había 18 comunidades con un promedio de 40 personas por comunidad, en su gran mayoría jóvenes. Cuento esto, porque este ambiente me ayudó a descubrir otra forma de vivir, de divertirme y desmontar muchos prejuicios que tenía de la Iglesia, y que en realidad una cosa era mirarla desde fuera y otra, totalmente distinta, conocerla por dentro.

En este contexto me encontré poco a poco con Jesucristo, y de la manera más ordinaria que tiene la Iglesia de entregarlo: la Palabra, la Eucaristía y la pertenencia a un pueblo, a una comunidad. A mí me hizo mucho bien esta experiencia y este encuentro con el Señor que me reconcilió con mis padres y con todo aquello que detestaba y había sido una injusticia para mí.

Como si todo esto fuera poco, para más inri, después de un tiempo, del gran descubrimiento de la fe, empiezo a cuestionarme la vocación, quiero contar y dar a conocer lo que a mí me había salvado de una vida sin mucho sentido, follones donde ya estaba metiendo la cabeza, y vete tú a saber de cuantas cosas más me habrá librado el Señor…

Tengo que reconocer que todos estos deseos y pensamientos sobre la vocación me producían bastante miedo. No me hacía ninguna gracia lo de ser cura, ni el celibato… con solo pensarlo se me ponía los pelos como escarpias. Pero después de un tiempo de discernimiento y experimentar que el Señor no quita nada sino que da con abundancia, me animé a dar el paso y con 23 años entre en el Seminario. Y efectivamente salí ganando.

El Seminario fue para mí una penitencia, pero necesaria y como todo lo que Dios permite, al final todo ha sido para bien. Podría seguir, pero creo que ya está bien, porque a la gente le da pereza leer una entrada tan larga en el blog.


Resumiendo, lo mejor que me ha pasado en la vida, sin lugar a dudas, fue haberme encontrado con Jesucristo o mejor dicho, que Él me haya encontrado.


La entrevista completa la puedes leer en Sociedades binarias

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