PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

domingo, 8 de abril de 2018

¡Señor mío y Dios mío! Domingo de la Divina Misericordia. Bautismo, Confirmación y Primera Comunión de nuestro hermano Elías

La objeción del Apóstol Tomás sigue estando vigente:  _“si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creeré”;_ o sea, si no veo, oigo, huelo, gusto o toco, no creo. Una objeción muy actual. Podemos llamar a Tomás nuestro contemporáneo entre los apóstoles. 
Santo Tomás, en la actualidad, encuentra muchos imitadores, su mellizo, no sólo cuando declara que no cree, sino también en aquel magnífico acto suyo de fe que le lleva a exclamar, y que lo repetimos en cada Eucaristía después de la consagración del pan y del vino: «¡Señor mío y Dios mío!».
No olvidemos que la fe es un don, no un mérito, y como todo don no puede vivirse más que en la gratitud y en la humildad. Y esta fe la recibimos de la Iglesia, y participando de la vida de la comunidad cristiana crece y se fortalece.







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