¡Ánimo! Muchos rezan hoy y todos los días por ti, en una entregada total a Dios. Nunca estamos solos.

Concepcionista de Hinojosa. Rezan por ti.

Orar requiere, en primer lugar, buscar un lugar cómodo, silencioso, ordenado y tranquilo. Buscamos un silencio exterior. No hace falta que sea absoluto y total, basta con un entorno tranquilo donde uno pueda estar solo: una iglesia o tu cuarto, por ejemplo.

Debemos tratar de buscar un momento y una duración fijos. La oración requiere una disciplina, no es distinta en esto a aprender inglés, a nadar o a tocar la guitarra. “No tengo tiempo” significa “no quiero, hay cosas más importantes”, todos tenemos las mismas horas en el día.

Si logramos dar este primer paso; reservándonos un espacio y un tiempo a la oración, debemos tratar a continuación de silenciar nuestra mente: nuestro mundo sigue ahí dentro, y las preocupaciones que tenemos provocarán que nos asalten continuas distracciones. Esto nos va a pasar siempre, al principio y cuando llevemos mucho tiempo, pero no debemos dejar que las distracciones se conviertan en las protagonistas.

De la oración deben nacer buenas obras: “Para esto es la oración, hijas mías; de esto sirve este matrimonio espiritual, de que nazcan siempre obras, obras” (Santa Teresa)

 ¡Ponte a ello!, saldrás ganando.