Ya empiezan a salir los polvorones en las reuniones |
-Doctor, directamente, sin rodeos, en cristiano, ¿qué enfermedad tengo?
-Pues padece usted alcoholismo agudo.
-Bien, pues ahora en latín, para decírselo a mi mujer.
Ocurre con frecuencia que cuando pretendemos engañar a los demás, nos engañamos a nosotros mismos. Y, normalmente, somos los primeros en pagar las consecuencias de nuestro engaño. La vida construida sobre la mentira destroza la convivencia.
La mentira o la hipocresía suele ser una máscara para esconder la insatisfacción, la amargura y la cobardía. Por eso es muy saludable que, de vez en cuando, nos paremos, reflexionemos y nos preguntemos: ¿Yo suelo hablar en cristiano o en latín?
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