El mes pasado, con algunos representantes de empresas cercanos a nuestra Parroquia. |
Recuperamos aquí un artículo que escribió en el año 2011 en el Diario Córdoba, después de visitar por primera vez COVAP y conocer de cerca su orígen y desarrollo:
Cuando en los años 50 D. Ricardo Delgado Vizcaino (padre) puso en marcha la Sociedad Cooperativa Andaluza Ganadera del Valle de los Pedroches (Covap) no podía imaginar hasta dónde estaba ideando una iniciativa de progreso para Pozoblanco y su entorno. En 1959 eran ya 300 socios. Hoy son más de 15.000 socios en esta cooperativa, que ha revalorizado el trabajo rural y que, a pesar de los bajos precios, se ha convertido en motor de la economía de toda esa zona. Una facturación anual de 300 millones de euros. Una de las más potentes industrias de toda Andalucía y una de las más ejemplares empresas del territorio español. La cooperativa es una muestra de agricultura sostenible y multifuncional y representa un modelo de reforma agraria con todo un plan de desarrollo rural.
Vista en su conjunto y después de una presentación adecuada, uno constata que iniciativas como ésta sólo pueden proceder de una visión cristiana de la vida, del trabajo y de los negocios. Las claves del éxito están en la honestidad, en el esfuerzo y en la austeridad. En esta iniciativa estamos lejos de las tesis marxistas-socialistas, que han paralizado el progreso en tantos lugares del mundo (países satélites de la URSS, Cuba, Alemania Democrática, etc.) y lejos de las tesis capitalistas, que han generado el enriquecimiento de unos pocos, dejando en la estacada a los pequeños productores. En una iniciativa como ésta estamos ante un planteamiento de la doctrina social de la Iglesia, la que brota del Evangelio, llevada al ámbito del trabajo, la producción, la comercialización de los productos y su consiguiente revalorización, situando siempre en el centro de la cuestión social a la persona antes que el producto de su trabajo.
Si los fundadores de esta cooperativa hubieran pensado solamente en su provecho particular, no hubieran dado el paso de poner en común sus beneficios, con el sacrificio de tener que invertir en nuevas instalaciones en lugar de recibir el rédito inmediato de sus fatigas. Ese sacrificio ha producido su fruto y ha marcado un estilo. En la raíz de todo ello está un hombre católico a carta cabal, que alimentaba cada día su fe en la misa temprana junto a Nuestro Padre Jesús Nazareno de Pozoblanco, que en unos ejercicios espirituales en Córdoba descubrió que los talentos recibidos (la inteligencia, la imaginación, e incluso los dineros) habían de ser puestos al servicio de un bien de interés general que después repercutiría en el interés particular de cada cooperativista.
En mi visita pastoral a la comarca de los Pedroches, arciprestazgo de Pozoblanco-Villanueva de Córdoba, he podido constatar en Covap que la fe no es algo reducido a la intimidad de la conciencia o algo que queda encerrado en la sacristía, sino que tiene una expresión en la vida social, económica e incluso política. Es decir, la fe y la visión de la vida que de ahí se deriva, tiene una proyección social en beneficio del hombre y de la convivencia. La fe no es algo que paraliza el progreso integral de las personas, sino que lo promueve, poniendo a Dios en el centro de la vida y llevando con coherencia y honradez esa visión cristiana al mundo del trabajo, donde la persona se expresa y se realiza.
Covap es una iniciativa ejemplar, cuyos resultados están a la vista. Covap es una iniciativa cristiana, que pusieron en marcha unos hombres de fe recia y coherente.
Felicitamos a Covap y deseamos que iniciativas de este tipo pongan en evidencia el valor social de la fe cristiana, y más en este momento de crisis.
* Obispo de Córdoba
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