Leonor con una de las vecinas, porque Adoración dice que no está para fotos |
Una de las mejores lecciones que aprendemos de las personas de la tercera edad es que todo lo que ahora nos preocupa un día parecerá una nimiedad y todo lo que te parecía indispensable en realidad era absolutamente prescindible y lo verdaderamente importante siempre lo tienes frente a ti.
Todo nuestro afecto y felicitación no solo para Adoración sino también a su hija Leonor, que después de treinta años de catequista en la Parroquia, lleva ahora más de veinte años cuidando a sus mayores. Primero a su padre, luego a su tía y ahora a su madre. Indudablemente que el Señor le ha dado un gracia especial para hacerlo todo con una gran alegría. Un gran testimonio para toda la Parroquia.
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