Esta catedral le trae muy buenos recuerdos a un matrimonio de la parroquia ... |
Escucho con frecuencia: «yo me esfuerzo por tener contentos a todos, pero nunca lo consigo»… Y siempre lo dice una buena persona. Sí, buena, pero ingenua.
En el Evangelio vemos con que facilidad se pasa del entuciasmo al desprecio. Todos le expresaban su aprobación (…) Y decían «¿No es éste el hijo de José?». En tan poco tiempo, los nazarenos pasaron de ensalzar a Jesús a desconfiar de Él. De vitorear al maestro a querer matarlo. "Se pusieron furiosos, y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco, con intención de despeñarlo".
Si el propio Jesucristo, Dios, no ha conseguido tener contento a todo el mundo, ¿cómo quieres lograrlo tú? No será que te gustan los aplausos, que te alaben, que te adulen... ¿verdad? En ese caso, pobre de ti. Porque del aplauso a la bofetada va muy poca distancia.
Mira a Dios: procura agradarle sólo a Él. Es Él quien debe ser aplaudido, no tú.
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