PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

lunes, 31 de julio de 2017

Peregrinando por el mundo con el Papa (III)

Hace 6 años
En el 20011 tuvimos el gusto de acoger varios jóvenes coreanos que venían a participar de la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid. Fueron días muy intensos... Compartir con ellos la fe, la gastronomía, la música, deporte... tuvimos tiempo para todo. Algunos quedaron tan contentos que volvieron de vacaciones, al año siguiente, por Pozoblanco y Añora.
A la vista estaba que eran jóvenes que se tomaban  muy enserio la relación con Dios y que eran de buena educación católica. Nos dieron ejemplo de recogimiento en las celebraciones de la Eucaristía, de conocimiento de la vida cristiana, de la biblia...

Y cuando terminaron los días de acogida no fuimos para Madrid. Aquellos días se alcanzaron temperaturas de 45 grados, con un cielo sin nubes. La Misa inaugural en Cibeles, el Vía Crucis con las mejores imágenes de nuestra Semana Santa por la Plaza Colón, catequesis con los obispos en las distintas parroquias de la capital, conciertos, etc.  Era común ver a los jóvenes mojándose la cabeza, y sobre todo durante la Vigilia en Cuatro Vientos, todos mojándose con el agua que los bomberos echaban.
Aprendiendo como hacer salmorejo y tortilla española
 

No podía faltar la veneración y entusiasmo que se sentía por Benedicto XVI. Se escuchaban por toda la ciudad gritos de: “¡Benedicto!”, “¡Esta es la juventud del Papa!”. 
A nadie se nos olvida la tormenta que cayo justo antes del discurso del Papa a los jóvenes... fue tremendo, más de un millón y medio de personas pero nadie se alarmo ni empezó a correr en busca refugio.

Y como siempre, las palabras de Benedicto XVI no tienen ningún desperdicio, es para meditarlo tranquilamente: "Sí, queridos amigos, Dios nos ama. Ésta es la gran verdad de nuestra vida y que da sentido a todo lo demás. No somos fruto de la casualidad o la irracionalidad, sino que en el origen de nuestra existencia hay un proyecto de amor de Dios. Permanecer en su amor significa entonces vivir arraigados en la fe, porque la fe no es la simple aceptación de unas verdades abstractas, sino una relación íntima con Cristo que nos lleva a abrir nuestro corazón a este misterio de amor y a vivir como personas que se saben amadas por Dios.
En el Polideportivo de Añora


Si permanecéis en el amor de Cristo, arraigados en la fe, encontraréis, aun en medio de contrariedades y sufrimientos, la raíz del gozo y la alegría. La fe no se opone a vuestros ideales más altos, al contrario, los exalta y perfecciona. Queridos jóvenes, no os conforméis con menos que la Verdad y el Amor, no os conforméis con menos que Cristo".
Madrid


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