Por Juan Fernández Medran. Publicado en el Semanario La Comarca
Corría el mes de Septiembre cuando se forma en la parroquia de San Sebastián una comisión para comenzar a poner en marcha la recogida de firmas, con el fin de que el Excmo. Ayuntamiento conceda el que una calle cercana a la parroquia de San Sebastián lleve el nombre de Cura D. Juan Caballero Romero.
D. Juan ha tenido durante cuarenta y cuatro años una vida entregada a la Parroquia de San Sebastián , San Bartolomé, Hospital Comarcal, Camf, PRODE, Institutos, Colegios y un largo etc. que han llevado a que su labor sea reconocida por el pueblo de Pozoblanco mediante la adhesión de 98 Asociaciones o Cofradías de cualquier rincón de la población, así como cuatro mil seiscientas veinticinco firmas de personas que vieron en D. Juan un sacerdote que vivió para Pozoblanco y sus gentes hasta el último aliento de su vida, falleciendo el pasado 3 de Mayo a los 90 años de edad.
Vivimos en una sociedad que nos preciamos de hacer muchas cosas, pero tal vez por cansancio, por egoísmo personal ante nuestros proyectos nos quedamos a mitad del camino.
D. Juan por su talante como persona y como sacerdote ha muerto con las botas puestas y de eso han sido testigos muchos pozoalbenses, habiéndose pronunciado a favor de esa labor bien hecha.
Fue el pasado veintinueve de Mayo cuando se presentó dicho proyecto al pleno municipal para su aprobación. Pozoblanco con sus autoridades a la cabeza, han respondido favorablemente, por lo que en breve Pozoblanco tendrá en su callejero una placa con el nombre de Cura D. Juan Caballero Romero.
El callejero de cualquier pueblo habla de su historia, de su ser, su día a día, su esencia, de aquellas cosas o personas que lo forjan, que lo sostienen. Todo pueblo que desea mirar al futuro, evolucionar y crecer, no debe olvidar nunca su historia, su tradición y sus creencias para poder abrirse al mundo sin perder su identidad.
Agradezco por lo que a mi me toca, a mis paisanos y al Excmo. Ayuntamiento, el haber valorado la labor de un hombre bueno que se sintió a gusto en nuestro pueblo y quiso quedarse con nosotros para siempre.
De D. Juan habría mucho que decir en Pozoblanco.
D. Juan de acuerdo con unas palabras que en muchas ocasiones me repetía, por su forma de ser se ha tenido que llevar mucho. “Lo que guardé no lo tengo, solo tengo lo que di”. D. Juan ha dado mucho, y por eso se ha llevado el cariño y el aprecio de muchas personas.
Estoy seguro que lo importante no es el rotulo de una calle, lo importante es trabajar por hacer felices a los demás y eso es lo que hace grande a las personas.
Deseo que cada vez que veamos el rotulo de esa calle que llevará su nombre sintamos el deseo de hacer nuestra su forma de vivir. En definitiva es lo que lo hizo merecedor del aprecio de tantas personas. No digo yo que no le alegre el gesto de los tarugos hacia su persona, pero conociéndolo estoy convencido que lo que más le agrada es que nuestra vida pueda dar fruto con lo que él sembró en nuestro pueblo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario