A Cristo le gusta disfrazarse para acercarse más a nosotros. Le gusta hacerse cercano a nosotros, y por eso se disfraza de pobre, de mendigo, de cura, de catequista, padre, de amigo, de cónyuge, etc. Y se sienta a nuestro lado esperando un pequeño signo de amor de nuestra parte.
También a Cristo le gusta acercarse a los demás, no en gloria, sino a través de nuestra pequeñez, débil y pobre, como cuando se encarnó en el pesebre, y se acerca a otros a través nuestro, para que nosotros le hagamos al prójimo un pequeño signo de amor de su parte...
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