Dicen los Santos Padres que tres son los resortes que hacen que la fe se mantenga firme y la virtud permanente: la oración, el ayuno y la misericordia. Oración, misericordia y ayuno constituyen una sola y única cosa, y se fortalecen recíprocamente.
“Por tanto, quien ora, que ayune; quien ayuna, que se compadezca; que preste oídos a quien le suplica aquel que, al suplicar, desea que se le oiga, pues Dios presta oído a quien no cierra los suyos al que le súplica (San Pedro Crisólogo).
Comencemos bien el día este tiempo de gracia y conversión, rezando juntos Laudes, durante toda la cuaresma. De lunes a viernes a las 6:30 de la mañana en el Catecumenio de San Sebastián (Obispo Osio 10). Nada mejor que comenzar la jornada de esta manera, nos ponemos de cara a Dios y salimos de nuestra rutina en este tiempo.
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