PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

lunes, 27 de febrero de 2017

Sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman (Rm 8,28)

Este fin de semana fue noticia la muerte de Pablo Ráez, un joven veinteañero marbellí que se convirtió en un fenómeno mediático a través de las redes sociales por su lucha contra la leucemia y consiguió multiplicar de manera espectacular la cifra de donantes de médula. Lo que muchos no saben o no lo quieren contar es que su gran apoyo fue la oración y el acompañamiento de un sacerdote.

Con 14 años acudió a la iglesia, por propia iniciativa, para pedir el bautismo. Y su padrino fue el párroco. Empezó a ser monaguillo en la parroquia junto a otros chavales de su edad, que fueron precisamente los que sacaron entre lágrimas el féretro del templo. 

 “Hizo lo que tenía que hacer, ha dejado su huella en este mundo. Pablo ha hecho lo que podía hacer, sigamos nosotros”, dijo su párroco y padrino en el funeral.


A partir del minuto 26 habla de la oración, y el testimonio del sacerdote que lo acompañó desde que se acercó a la parroquia con 14 años.

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