Con 14 años acudió a la iglesia, por propia iniciativa, para pedir el bautismo. Y su padrino fue el párroco. Empezó a ser monaguillo en la parroquia junto a otros chavales de su edad, que fueron precisamente los que sacaron entre lágrimas el féretro del templo.
“Hizo lo que tenía que hacer, ha dejado su huella en este mundo. Pablo ha hecho lo que podía hacer, sigamos nosotros”, dijo su párroco y padrino en el funeral.
A partir del minuto 26 habla de la oración, y el testimonio del sacerdote que lo acompañó desde que se acercó a la parroquia con 14 años.
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