PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO
domingo, 15 de enero de 2017
La pornografía se ha convertido en la droga dura de nuestro tiempo. Sus consecuencias son nefastas y cada vez más personas están pidiendo ayuda para salir de esta espiral de degradación. No se trata de simples caídas esporádicas sino de una auténtica esclavitud, se pierde el control sobre la sexualidad. Y a pesar de los mejores esfuerzos por parte de los padres, todos los niños estarán expuestos a la pornografía más pronto o más tarde. ¿Qué se puede hacer? Devolverlo al lugar de donde salió: a la basura. Sin piedad. Con las adicciones no se negocian. Hay que ser radicales.
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