Santiago apóstol, sabe cualquier feligrés de nuestra parroquia medianamente versado en el Nuevo Testamento que fue pescador y uno de los hijos de Zebedeo, y que, en consecuencia, era hermano de Juan, al que se tiene por autor el cuarto Evangelio. Junto con Pedro y con Juan, fue uno de los tres apóstoles más cercanos a Jesús, y con ellos y sólo con ellos como testigos, presenció momentos tan importantes de su misión como el de su transfiguración, el de la resurrección de la hija de Jairo, o el de la oración del huerto de los Olivos momentos antes de su pasión. Su muerte ocurrió por decapitación hacia el año 42, y que no sólo viene recogida en los textos canónicos, concretamente en los Hechos de los Apóstoles 12, 1, sino que es la única muerte de un apóstol reseñada en todo el Nuevo Testamento (junto con la de Judas Iscariote).
¿Vino Santiago a España? Si hemos de juzgar por lo que dice el Nuevo Testamento, el único de los grandes protagonistas del primer cristianismo cuya presencia en España consta es Pablo, que despide su Epístola a los romanos con las palabras “cuando me dirija a España” (Ro. 15, 24). Y sin embargo, es tradición muy consolidada que, efectivamente, Santiago visitó nuestro país, comenzando su evangelización.
La tradición dicta que el año 829 el Obispo Teodomiro de Iria Flavia anuncia que se ha descubierto en el Campus Stellae (Campo de la estrella, origen del topónimo Compostela) el cuerpo de Santiago el Mayor junto al de sus discípulos Atanasio y Teodoro. La noticia corre como la pólvora por toda Europa, iniciándose el proceso que culminará en la creación de una de las más importantes rutas, por no decir la más importante, que atraviesa Europa, la que se dará en llamar Jacobea, aquélla que recorren los peregrinos desde todos los puntos de Europa hasta el finis terrae (el fin de la tierra) en Galicia para venerar los restos del santo apóstol.
El Papa San León III ordena elevar una iglesia en el lugar, y un milenio más tarde, el Papa León XIII, en 1879, después de la investigación ordenada por el Arzobispo compostelano Miguel Payá, declara que los restos hallados en Compostela y custodiados en la catedral de Santiago, son auténticos.
La figura de Santiago, como patrón de España, ha sido acogida a lo largo de toda nuestra historia desde que los reyes de la Reconquista tuvieron una gran fe en el poder milagroso del apóstol.
Concretamente, san Fernando atribuye la conquista de Sevilla a Dios, a santa María y a Santiago.
Los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, le llaman “luz y patrón de las Españas, espejo y guiador de los reyes”. Cervantes recoge en Don Quijote de la Mancha que éste le dice a Sancho Panza que los españoles cuando quieren dar una batalla invocan “Santiago y cierra España”, porque “este caballero de la cruz bermeja háselo dado Dios a España por patrón y amparo suyo”. Francisco de Quevedo escribe al rey Felipe IV: “Dios hizo a Santiago, patrón de España que no existía entonces, para que cuando llegue el día pudiera interceder por ella y volverla otra vez a la vida con su doctrina y con su espada”.
En 1630, el Papa Urbano VIII declaró al apóstol Santiago único patrón de la nación española ante el deseo general así expresado”.
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