PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

domingo, 5 de julio de 2015

Domingo XIV. No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa

Nosotros no somos solo arcilla capaz de moldear, somos también piedra. Somos rebeldes por naturaleza. Nos resistimos a nuestra propia verdad, a nuestro yo interior, siempre recubierto con una máscara que utilizamos de acuerdo a nuestra conveniencia. Si no hubiera nada que cambiar los profetas estarían fuera de lugar. Pero desde el momento en que el profeta denuncia el pecado, su tarea se vuelve difícil y antipática. Quitarlo de en medio con la cárcel o la muerte fue siempre un viejo recurso que no ha perdido vigencia.
   A todos, en algún momento nos resulta antipática la Palabra de Dios: a veces dura, radical. Porque la Palabra no cede ante nuestros vicio, la soberbia, no se amilana ante la dificultad.
   En el evangelio no están dispuesto  a recibir la predicación de Jesús como palabra de Dios, "es uno de nosotros"... Nuestra reacción es muy similar, tantas veces, ...sí Dios quiere hablarnos que se nos revele personalmente como los profetas... Y aquí nuestro orgullo choca con la pobreza de Dios. Dios nunca habla de modo espectacular ni a través de sabios y famosos; sus mensajeros son muy poco divinos a nuestros ojos.
   La Palabra de Dios hoy nos llega provocando escándalo. Nos gustaría una Palabra que se acomode a nuestra pereza, a nuestro modo de ser. Es decir una palabra inofensiva. Dios nos habla a su modo... Nos habla aquí ... Donde somos gente común y corriente... ¿Seremos nosotros, los que frecuentamos la Misa, los que usamos los sacramentos, los de su familia, los de su pueblo, los que ya estamos tan acostumbrados a escuchar el evangelio y las palabras de Jesús que apenas les prestamos atención... serán nuestros corazones el país suyo en donde Jesús no es reconocido como profeta y, por eso, no puede convertirnos, hacernos vivir intensamente el milagro de ser realmente cristianos...?
   Y este sigue siendo el escándalo de la Iglesia, unida a la experiencia de que es portadora: su demasiado visible humanidad... 

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