PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

lunes, 9 de febrero de 2015

“¿No estoy aquí yo, que soy tu Madre? ¿No estás bajo mi sombra y resguardo? ¿No soy yo la fuente de tu alegría? ¿No estás en el hueco de mi manto, en donde se cruzan mis brazos? ¿Tienes necesidad de alguna otra cosa?”


Única es mi paloma,
mi perfecta.
Ella, la única de su madre,
la preferida de la que la engendró.
Las doncellas que la ven la felicitan,
reinas y concubinas la elogian:

« ¿Quién es ésta que surge cual la aurora,
bella como la luna,
refulgente como el sol,
imponente como batallones? » (Ct 6,9-10)

 


Potencias todas del Señor, bendecid al Señor, cantadle, exaltadle eternamente.
Sol y luna, bendecid al Señor, cantadle, exaltadle eternamente. (Dn 3,61-62)



Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus
pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza (Ap 12,1)

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