Fiesta de los Reyes Magos en el Hospital. Año 2011 |
Hace cinco años que estoy como capellán en el Hospital comarcal Valle de
los Pedroches. Durante cuatro días a la semana estoy disponible las 24 hs., por si alguien necesita de un sacerdote. Cuando me llaman o
visitando las habitaciones unos me solicitan que le escuche en confesión, otro
que le dé la “Eucaristía”, otro la “Unción de Enfermos” otros me piden que haga
una oración por ellos… Normalmente, el enfermo más que escuchar lo que quiere y
necesita es hablar.
“Dejarse
ayudar es un nivel espiritual muy superior al del simple ayudar. Porque si es
bueno ayudar a los demás, es mejor ser ocasión para que los demás nos ayuden.
Quien se deja ayudar se parece a Cristo más que quien ayuda. Pero nadie que no
haya ayudado a sus semejantes sabrá dejarse ayudar cuando le llegue su momento.
Sí, lo más difícil de este mundo es aprender a ser necesitado… Uno de los
misterios más insondables de la enfermedad es el del tiempo: los sanos no
tienen tiempo; los enfermos, en cambio,
lo que le sobra es precisamente tiempo. Un día puede ser infinito en una
cama del hospital. Se espera durante horas la visita del médico que dura un
minuto…” (África Sendino).
Siempre se ha dicho que uno muere como ha
vivido… Por lo que yo he visto, visitando y acompañando a moribundos, efectivamente
es así. Pero también hay excepciones… hay que decirlo todo. Precisamente antes
de escribir estas líneas, he visitado a un enfermo terminal de cáncer que
conozco desde hace algunos años cuando estaba muy bien de salud, y siempre ha
sido muy reacio a todo lo que hacía referencia a la fe, a la Iglesia, y en
cambio hoy me pidió que le confiese que rece por él y le dé la “Unción de
enfermos”. Y así lo hice. Era una persona distinta de la que había conocido…
He podido estar con muchos enfermos terminales
dándoles los sacramentos y he podido ver como se mueren las personas:
totalmente inconscientes, angustiados, tranquilos, desesperados y algunos,
casi, dando la bienvenida a la “hermana muerte”. (Dicen que san Francisco de
Asís, ya en vísperas de su muerte, dijo: “bienvenida hermana muerte”)
Aunque nosotros tenemos una tendencia
natural a huir del sufrimiento, pero cuando se presenta, tarde o temprano se
presentará, que sepamos que necesitamos ayuda (física y espiritual), que nos
dejemos ayudar, que nos dejemos querer y no olvidemos que en el sufrimiento hay algo constructivo,
purificador. No es verdad que el sufrimiento no tenga sentido, que con el
sufrimiento no se pueda hacer nada. Con el sufrimiento se puede nada menos que
redimir el mundo. Y si no miren la Cruz.
No dejemos solos a nuestros ancianos y
enfermos, acompañarles, dedicarles tiempo nos hace muy bien, nos hace más
humanos y conscientes del camino que tenemos que recorrer.
Agradecemos al pequeño grupo de persona que
nos ayudan en la visita a los enfermos y ancianos de nuestra Parroquia.
Anibal Cantero
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