PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

viernes, 3 de octubre de 2014

"Me entrego a ti y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida"

En la Parroquia,"bodas de oro" de Andres y Matilde. 24/09/2014

       

TESTIMONIANDO LA BELLEZA DEL MATRIMONIO.


En Pozoblanco, Joaquín espera nervioso… María va a dar a luz a su tercer hijo: Andrés un 24 de enero de 1937 (en el barrio va a ser conocido como el cano).
En Hinojosa Jesús y San Juan vivían, se fueron a Córdoba a que naciera su cuarta hija Carmen un 20 de mayo de 1944 (conocida desde que nació por Matilde).
Se juntó su destino en la boda de unos amigos que celebraban su enlace (Antonio e Isabel), Andrés iba invitado por el novio y Matilde por la novia.
A partir de ese momento (año 1959) comenzaron su relación, al ser los dos de distintos pueblos (el de Pozoblanco y ella se trasladó a Espiel con su familia por motivos de trabajo). Andrés iba a verla en bicicleta, hasta que pudo comprarse una moto, tan sólo podía ir una vez al mes, así que su relación era más que nada por correo. Fueron cinco largos años, hasta que formalizaron esta historia el 25 de septiembre de 1964 en la que se dijeron el “sí quiero” en Espiel en la Parroquia de San Sebastián a las 10:00h. de la mañana.
Su domicilio lo fijaron en Pozoblanco en la calle Torrecampo número 17, dedicándose al negocio de la lejía, pero éste no acababa de ir bien y se plantean el emigrar y lo hacen, se fueron a París fijando su residencia allí un 26 de mayo de 1965, teniendo suerte de comenzar a trabajar los dos en la citroen, así iban pasando los días, meses y años, aunque no dejaban de pensar en volver algún día. Se sentían queridos y a gusto, estaban rodeados de amigos y de Jesús y Consuelo (hermano y cuñada de Matilde).
Celebración de la Eucaristía por Mons. Manuel Moreno, Capellan de su Santidad
A los cinco años vino al mundo su primogénito, Joaquín, un niño muy deseado por ambos, cambiando sus turnos en el trabajo para poder atenderlo. En su pensamiento seguía la idea de volver a España, a su pueblo, que, aunque lo hacían cada año en verano sabían que era sólo un mes.
No dejaban de fraguar la idea de volver, de conseguir su propio olivar, hasta que su sueño se hizo realidad, compraron 2116 olivos en “Las Trévedes” y al cabo del poco tiempo se vinieron, dedicándose al olivar y labranza de la tierra de las fincas colindantes, trabajaron mucho. Fijaron su domicilio en Espiel  en casa de los padres de Matilde y un año más tarde nació su segundo hijo, Jesús, hasta que al cabo de los años compraron casa en Pozoblanco, calle Fernández Franco, 25, al igual que hicieron un cambio, es decir, vendieron su olivar de “Las “Trévedes” comprando otros más llanos en “La Modesta” compaginándolos con el trabajo de Andrés en GRAPESA.
Con sus hijos Jesús y Joaquín
Dándoles Dios una dura prueba, una vez asentados en Pozoblanco, tuvieron un tercer hijo llamado Andrés, pero Él quiso que se fuera en su compañía, tan sólo pudieron disfrutarlo unos días, fue un duro golpe, pero con ayuda mutua, salieron de este mal trance.
Han trabajado mucho para conseguir todo lo que querían, siempre ha sido codo con codo, con un afán de superación que, nunca se han cansado de la luchar, de vivir por y para sus hijos (dándoles todo el cariño y todo lo necesario para su desarrollo personal),  ha sido lo que ha hecho que sean como son.
Dios ha querido que hayan cumplido sus 50 años de matrimonio con “ penas” (refiriéndome con esto, a sus días peores)  y muchas alegrías, hoy en día, se puede decir, que viven satisfechos con lo que hicieron, cuentan su historia con ganas, en sus manos se refleja el duro trabajo que han hecho a lo largo de su vida, cada día nos enseñan algo nuevo, nos aconsejan por la sabiduría de su edad, se desviven por sus hijos y por sus nietos lo dan todo, lo más preciado para un ser humano, sus días.
Pilar Jurado García


1 comentario:

  1. ¡¡Felicidades!! Estos son los milagros de andar por casa.
    Sin indisolubilidad no hay matrimonio, y sin matrimonio no hay familia...

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