El lulgar del calvario hoy en día (Jerusalén) |
La costumbre de venerar la Santa Cruz se remonta a las
primeras épocas del cristianismo en Jerusalén. Esta tradición comenzó a
festejarse el día en que se encontró la Cruz donde padeció Nuestro Señor.
Para evitar nuevos robos, la Santa Cruz fue partida. Una
parte se llevó a Roma, otra a Constantinopla; una se dejó en Jerusalén y una
más se partió en pequeñas astillas para repartirlas en diversas iglesias del
mundo entero.
La cruz en sí misma
era un instrumento de ejecución especialmente cruel que buscaba acrecentar el
dolor del condenado y humillarlo. En el Imperio Romano se le consideraba como
la forma más vergonzosa de ejecución. En los inicios del cristianismo, como
relata san Pablo, muchos se resistieron a creer en Jesucristo precisamente por
cómo había muerto.
Hoy descubrimos la
cruz de otra manera, porque en ella se nos revela el amor que Cristo nos tiene
y que le ha llevado a
entregar su vida por nosotros. La cruz nos habla de cómo
nos ha amado Dios, hasta donde llega su amor, de todo lo que ha estado
dispuesto a hacer por nuestra salvación. Quien ha llegado hasta ese extremo de
abajamiento y de sufrimiento por nosotros nos ama para siempre.
“Éste es el momento
para decirle a Jesucristo: Señor, me he dejado engañar, de mil maneras escapé
de tu amor, pero aquí estoy otra vez para renovar mi alianza contigo. Te
necesito. Rescátame de nuevo, Señor acéptame una vez más.” (El Papa Francisco).
Este domingo 14 de septiembre en nuestra Parroquia celebraremos esta
fiesta con el “Rosario
de la Aurora” con la imagen de la Soledad. Comenzamos a la 8 de la mañana y
seguirá el siguiente itinerario: Nuestra
Señora de la Soledad, Plaza del Cerro, Virgen de Luna, Herradores, Feria, San
Sebastián y Nuestra Señora de la Soledad. A continuación celebraremos la Santa Misa.
Al final de la celebración la Hermandad de la Soledad
nos invita a compartir unos dulces y chocolates en la Casa de Hermandad.
La
celebración de la Misa de las 12 hs. en la Parroquia queda suspendida.
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