Me llamo Juan Antonio Cabrera Ruiz, pertenezco a la
parroquia de San Sebastián y vivo mi fe en la 3ª Comunidad Neocatecumenal de
esta parroquia. A petición de nuestro párroco les cuento un poquito sobre mi
vocación.
A finales de abril del año 2005, mientras estudiaba
psicología, hubo un encuentro de jóvenes del Camino Neocatecumenal de toda
Europa en Amsterdam, y allí, me planteé seriamente la vocación al presbiterado y me puse a disposición del Señor, para
entrar en un seminario. Después de acabar ese primer curso de estudios, a
mediados de septiembre de 2005 fui a Italia a una convivencia donde a sorteo me
enviaron al Seminario Diocesano Misionero Redemptoris Mater de Córdoba. Una
particularidad de estos seminarios es que son misioneros, es decir, todos los
que entramos en ellos tenemos una vocación misionera, dispuestos a ir a
cualquier parte del mundo, por eso fui a esa convivencia con otros chicos
dispuestos a ser enviados a cualquier parte del mundo. También otra singularidad
de estos seminarios es que los chicos que nos formamos en ellos pertenecemos a
las comunidades neocatecumenales.
Así pues, entré en el seminario de Córdoba en 2005, y ahí
comencé los estudios de filosofía y teología. Estuve hasta septiembre de 2009
donde en otra convivencia, me mandaron junto a otros 5 chicos y un rector para
fundar el seminario Redemptoris Mater de Burgos, donde acabé los estudios de
teología y luego comencé una licenciatura en Teología Espiritual, que
interrumpí al acabar el primer año, para poder hacer la experiencia de la
misión.
Desde septiembre de 2012 hasta julio de este año, he estado
de misión en México, ayudando en un equipo de catequistas itinerantes en las
ciudades de Chihuahua, Nuevo Casas Grandes y Ciudad Juárez, y durante este
tiempo he disfrutado mucho con las personas y viendo la maravillosa obra que
hace Dios cuando uno da un poquito de su tiempo o de su vida. Él se encarga de
hacer auténticos milagros en la vida de todos nosotros, incluso sin darnos
cuenta, el Señor obra en nosotros…¡¡¡y siempre obra bien!!! Ésa ha sido y es mi
experiencia durante todo este tiempo en mi infancia, con mi familia, con mi
comunidad, con mis amigos, durante el año de estudios en Madrid, en el
seminario de Córdoba y en el de Burgos, y por supuesto durante estos dos años
de misión en México.
Con esa confianza, sabiendo que Dios es Padre y que quiere
lo mejor para mí, regreso al seminario de Burgos para, si Dios quiere, terminar
la licenciatura y acabar la formación necesaria antes de dar otro paso más en
esta llamada que el Señor en su gracia me ha hecho y de la que yo sólo soy un
privilegiado, que un día hace 9 años le dije que estaba dispuesto a seguirlo y
que Él hiciera conmigo esta obra. Una obra que no ha estado libre de
dificultades, problemas y dudas por mi parte, pero que todas ellas han servido,
como dice el libro de los salmos, para “pasar el oro por el crisol” y así ver
la obra tan maravillosa que Dios está haciendo conmigo.
Aprovecho estas líneas finales para pedirles que sigan
rezando por mí, pues estoy seguro que ya lo hacen, ya que mi vocación no se
podría entender sin todos vosotros y vuestras oraciones. Muchas gracias por
todo y que Dios os bendiga. Un abrazo a todos y esperemos seguir en contacto y
poder daros nuevas noticias “pronto”.
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