Algunos de los novios que se casarán próximamente en la parroquia. |
Lo decisivo es poner los cimientos para formar una nueva familia. Muchas veces las parejas llegan al matrimonio sin saber la importancia del paso que están dando o no entienden el sacramento, o lo que exige de ellos para el resto de la vida.
Es fundamental ser bien consciente y estar de acuerdo con todo lo que se promete en el día de la celebración del matrimonio.
En broma y en serio, cuando la catequesis pre-matrimonial se hace bien, las parejas entrarán un poco en crisis, en dudas, al comprender que casarse es entrar en una perspectiva de amor y sacrificio.
Ya casados las parejas necesitan un lugar en la iglesia donde puedan recordar lo que aprendieron sobre el amor y la grandeza de esta vocación. El matrimonio es un proceso de cura del egoísmo y de ejercicio constante en el perdón. Es el encuentro entre dos realidades diferentes que se complementan. Y tienen que estar dispuestos, capacitados, para defender su unión, porque el diablo odia a la familia y a los matrimonios.
Los novios recibirán la gracia que necesitan para amar al otro como Jesucristo ama a la Iglesia. Pero es necesario estar unidos a Cristo en su Iglesia.
¡Vivan los novios!
¡Viva!
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