Hace unos día decía el Papa a los jóvenes italianos:
"Los grandes sueños necesitan a Dios para no convertirse en espejismos o delirios de grandeza. Puedes soñar con cosas grades pero hacerlo solo es peligroso... pero con Dios no tienes que tener miedo: sigue adelante. Sueña en grande".
"Es necesario saber distinguir cuando es amor verdadero y cuándo es solo entusiasmo disfrazado de amor... El amor no es una profesión. El amor es la vida y si el amor llega hoy, ¿por qué debo esperar tres, cuatro o cinco años para hacerlo crecer y convertirlo en algo estable?”
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