Elisa una chica usías, amante de su pueblo, quien estaba tan ricamente con sus cosas y su gente... El anuncio del Evangelio la ha llevado a Siberia.
Y es que Jesucristo no es humo, una figura que pasó, que existió en un tiempo y que se fue, dejándonos un recuerdo y un ejemplo maravillosos. No. Se pasea entre nosotros, unos lo ven y otros no.
1.- Elisa ¿qué hace una chica como tú en Siberia? ¿Cuántos años hace que estás allí?
La Iglesia me envió a Novosibirsk para anunciar el Evangelio junto con unas familias y chicas de diferentes nacionalidades, que vivimos en medio de la gente testimoniando el Amor del Señor por el hombre. Vivimos en un barrio de las afuera de la ciudad, donde no existe la Iglesia y mucha gente no conoce a Jesucristo. Nuestra misión es vivir en medio de ellos haciendo presente a Jesucristo. Estoy allí hace tres años.
2.- ¿Cómo te ganabas la vida antes de lanzarte a la misión?
Yo trabajaba en una papelería de mi propiedad.
3.- ¿Qué te dijeron tus amigos, vecinos y clientes cuando se enteraron que te ibas a Siberia?
Cuando decidí partir para la misión, las opiniones fueron diversas. Los que me conocen decían, que dónde iba, con lo que a mí me gusta mi pueblo, que nunca tenia necesidad de salir porque aquí tenia todo lo que deseaba, me sentía segura y a gusto , yo soy muy miedosa, y vivir en el pueblo me daba seguridad. A mi las grandes ciudades no me gustan nada, pero ahora vivo en una capital muy grande, y esto es obra de Dios, una gracia. Los que no me conocían mucho, me decían que era muy valiente, lo que me provocaba la risa, y les decía que el Valiente es El Señor que se había fiado de mi, porque yo soy muy asustadiza.
4.- ¿Cómo es la ciudad y su gente?
Novosibirsk es la capital de Siberia occidental, es una ciudad con 2 millones y medio de habitantes, se encuentra en la parte asiática de Rusia, de mayoría ortodoxa, aunque en la practica casi nadie acude al templo, hay también, muchos de religión islámica procedentes de las antiguas repúblicas soviéticas, los cristianos católicos son la minoría, que no cuentan para nada, y la mayoría de los habitantes son paganos, su vida es trabajo y dinero, arrastrando su herencia cultural comunista, que aunque la rechazan están muy marcados por ella. La gente que yo conozco son gente muy educada con un fuerte sentido patriótico, son personas que han sufrido mucho por la historia de la unión Soviética. Muchos son descendientes de los deportados por Stalin, y su vida no ha sido fácil por el clima, la represión y la miseria en que han vivido, esto les ha marcado profundamente, son gentes muy tristes, el ateísmo practico les ha matado el alma y muchos se refugia en la bebida, el vodka, porque su vida no tiene sentido, para hacer fiesta, estar contentos tiene que beber. La sociedad es matriarcal, los hijos son de la mujer. Y ahora desde la caída del Unión soviética, lo que se vive es un consumismo exagerado, que lleva a la gente a adquirir lo que desean a toda costa.
5.- ¿Recomendarías Siberia como un lugar para ir de vacaciones?
Donde yo vivo, no lo recomendaría como lugar de vacaciones, no es que este mal, pero de vacaciones no es el lugar más adecuado. Si te gusta el turismo de aventura, puede que encuentres algo. Aquí son seis meses o más de nieve y viento, tiene unos bosques y lagos muy bonitos, y su fauna es diversa, los osos no llegan a la ciudad, como mucha gente piensa de Siberia.
6.- ¿Cuál es la temperatura mínima en invierno?
En invierno, el frío es extremo, el año pasado llegamos a tener -48º. Habitualmente la gente sigue haciendo su vida, su trabajo, ellos están acostumbrados a esas temperaturas. A -20 se te congelan los pelillos de la nariz.
7.- ¿Ha crecido tu fe en Jesucristo en estos años de misión?
No sé si crece pero veo que Dios hace posible lo imposible yo no tengo madera de nada no soy valiente para nada. Todo esto que estoy viviendo es superior a mis fuerzas.Veo que el Señor lo hace posible y abre caminos donde yo veo muchas dificultades .
Dios se manifiesta en la debilidad porque esta fuerza es de Dios no viene de nosotros. Para que se manifieste su gloria, esto lo veo claro. Allí es Él el quien me mantiene .
8.- A nadie le gusta salir de su zona de confort ¿qué es lo que tiene el anuncio del Evangelio que es capaz de sacarte de tu comodidad y plantarte en un lugar así?
Ver el amor de Dios, que Él me quiere y me ha querido siempre donde yo no me he querido. Con mis pecados mi timidez, mis complejos, mis inseguridades. Siempre buscando que me quieran. Dios me quiere como soy no tengo que dar la talla.
Le ha dado sentido a mi vida, me ha mostrado un poco la vida eterna. Haciendo su voluntad he sido más feliz.
Que merece la pena dar la vida por anunciar el Evangelio.
Gratis lo he recibido, como dice el Evangelio, pues a darlo gratis.
9.- Cambiar el Valle de los Pedroches por Siberia, no es algo que se pueda entender con facilidad. ¿Qué le respondes a los que te dicen que no hace falta ir tan lejos para anunciar el evangelio?
Yo tampoco lo entiendo, hay muchísimos que son mejores que yo pero el Señor me ha elegido a mí.
Es verdad que aquí también hace falta anunciar el Evangelio pero allí también. Y me encanta mi pueblo y su gente. Estoy agradecida al Señor por nacer aquí. Por la Iglesia, mi familia, mi comunidad, mis amigos, no es lo mismo esto que aquello, pero por ahora el Señor me llama a Siberia y contenta cuando puedo entender un poco de ruso digo gracias Señor.
10.- ¿Has salido ganando o perdiendo con la misión?
Siempre ganando. Ni soñando podía imaginar esta gracia, de anunciar el Evangelio con la vida. Y llevando este tesoro en vaso de barro, pues me cuesta dejar mi tierra. Pero la paga es grande. A jornal de gloria no hay trabajo grande dice un salmón.
11.- Elisa, unas palabras de ánimo a la tentación que tenemos de ser cristianos de sofá, aburguesados, de Misa dominical de 12 y nada más.
Pues que a mí también me tira el sillón y cuando lo hago me pierdo, pues sólo miro mis apetencias y darme gusto. Esto no me hace feliz .Porque la vida está en darla no en conservarla.
El cura Juan decía que “el que sirve, sirve y el que no sirve, no sirve”. Pues eso que el Señor nos conceda esa gracia.
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