El verano es tiempo de reencuentro.
El verano dura demasiado poco como para desperdiciarlo y, lo único que es absolutamente necesario para pasar un buen verano es contar con buenos amigos.
El verano es tiempo de reencuentro. Reencuentro con uno mismo, con los amigos y familiares y con el Señor que nos da, un año más, el regalo de cambiar de ritmo.
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