PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

lunes, 7 de mayo de 2018

Queremos construir sobre roca firme. El noviazgo una etapa fundamental (IV)

Pedro y Puri
Desde que nos conocimos hemos deseado que nuestro noviazgo sea de tres ¡sí, de tres! ¡Sentirnos unidos al amor de Cristo nos da la Felicidad! De hecho, hemos podido comprobar que Él ha sido el artífice de todo, el Señor nos había estado preparando a cada uno para encontrarnos en el momento oportuno, Él nos ha regalado el don de la Fe y nos había permitido tener la experiencia que nuestra vida tiene sentido en Él y para Él. 

El Señor nos ha unido, encontrarnos ha sido obra de Dios y deseamos que Él viva siempre en nuestros corazones. Nos ayudamos el uno al otro a tener a Cristo presente, a reconocerlo en cada hecho, a sentirnos agradecidos por el regalo de la vida, por el gran don de nuestras familias, por todos los momentos bellos que nos concede, a reconocer su fortaleza en nuestra debilidad, a dar gracias por todos los que nos acompañan, por nuestros trabajos, amigos, por los sacerdotes, las personas con las que compartimos la Fe y que tanto nos ayudan a vivir con Cristo. 

Agarrarnos a Dios nos permite vivir el noviazgo de una manera diferente. En cada Eucaristía nos damos la mano para rezar el Padre Nuestro, es la manera de recordarnos el uno al otro que deseamos ante todo su voluntad, que sea Él quien moldee nuestras vidas y nuestra relación, deseamos caminar por su senda, que aumente nuestra Fe y nos siga fortaleciendo, que nos ayude a perdonar nuestros errores. 

Vivir nuestro noviazgo teniendo a Cristo en nuestro corazón también nos ayuda a mirarnos de una manera diferente. Cada uno de nosotros tenemos valor infinito para Dios, somos infinitamente amados por Él y esta es nuestra pretensión, que el uno al otro nos miremos a cada momento con los ojos de Dios, con amor infinito. Así nos valoramos y respetamos. Tú más importante que Yo, porque el amor según Dios es bondadoso, paciente, no es envidioso, ni orgulloso, no es egoísta, no se irrita, se alegra con la verdad (Co 13: 4-6).

Queremos seguir siendo tres, construir sobre roca firme, con los cimientos de un amor verdadero y para siempre, que Dios sea cada vez más centro de nuestra vida y nos ayude a ponernos al servicio de los demás. Con esta ilusión, con la de agarrarnos los dos con más fuerza a Cristo, pedimos el auxilio de la Virgen para que juntos podamos vivir unido a Jesucristo. Llenos de alegría y felicidad decidimos dar el paso de recibir el sacramento del matrimonio el próximo 29 de septiembre, que sea para edificar nuestra fe en Cristo y dar fruto abundante. 

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