Fran y Cristina |
Nuestra andanza juntos comenzó en noviembre de 2010, cuando, con 15 y 16 años empezamos a hablar y conocernos. Durante estos siete años hemos ido madurando juntos y los que nos queda...
Vemos todos estos años como una bendición en ocasiones, y como un rollo en otras... Siempre hemos estamos el uno con el otro incondicionalmente, apoyándonos en lo bueno y lo malo, y llamándonos a la verdad cuando lo necesitamos; pero también nos hemos peleado muchas veces (vente a pasar el finde, no vente tú; vamos a hablar ahora si te apetece, ahora mismo no me apetece a mí; vamos a este sitio, allí vamos siempre;...), o nos ha costado algunas veces más aguantarnos las ganas de estar el uno con el otro. Esta tensión que ha mantenido fresco nuestro noviazgo, tiene parte buena y mala, pero prevalece la buena por una razón, y es que siempre (sin exagerar) ha surgido el perdón entre nosotros y hablar las cosas en el momento, cuando no te gusta algo o le has hecho daño a la otra persona, no callarse y hablarlo, esto siempre ha estado muy presente.
Esta forma de relacionarnos, lo hemos aprendido gracias a los catequistas y los sacerdotes que ha ido poniendo el Señor en nuestro camino, que nos han brindado palabras clave para el noviazgo.
Por ello estamos donde estamos, a un mes de nuestra boda, porque nos hemos fiado del Señor, y Él nos ha respondido confirmando nuestra decisión, con cosas como ponernos el trabajo, nos ha regalado un piso, un coche, salud, y mucho más... Pero sin duda todas estas cosas materiales serían en vano si no es para manifestar y dar testimonio del Amor de Dios con nosotros, formando una familia cristiana, que es el fin y destino de nuestro noviazgo. Estamos a las puertas de otra etapa en nuestra relación: el matrimonio. Damos este paso porque sabemos que Dios está en medio de nosotros, y ha puesto en nuestro corazón este deseo, de crecer juntos en el amor y en la fe.
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