Toda una vida en cuatro horas.

Antonio y Lali con sus cuatro hijos.

Uno de los motivos por el que se creó este blog es precisamente dar a conocer la acción de Dios en medio de nosotros. Milagros, testimonios, experiencias de personas de nuestro entorno que son amigos, vecinos,compañeros de trabajo o conocidos… poner en el candelero las pequeñas luces que Dios va poniendo a nuestro alrededor…
Testimonio de Antonio y Lali:

Me llamo Lali Cardador, estoy casada con Antonio y tenemos cuatro hijos, y el día 10 de febrero el Señor se llevó al cielo a Mónica, nuestra quinta hija. 
Cuando nos enteramos que estaba embarazada  de nuestra quinta hija, nos colmó de mucha alegría y vimos que era un hermoso regalo. 
Durante los cinco primeros meses todo iba bien, hasta que fuimos a la revisión de la 21ª semanas. Era 25 de octubre. No olvidaré ese día, porque fue cuando los médicos nos dijeron que nuestra hija venía con una malformación incompatible con la vida. Nuestro mundo se  nos caía encima, todos los planes que teníamos para esa hija se esfumaron de un plumazo. 

En ese momento las opciones se reducían a abortar a la niña o continuar con el embarazo hasta el final. 
Fueron días de muchísimo sufrimiento, preguntándole a Dios por qué permitía todo esto,  pues se trataba de tomar o el camino rápido y fácil, aparentemente, o dejar que creciera en mí y que se terminara como Dios quisiera.  Con la gracia de Dios, decidimos continuar hacia delante, pues no podía terminar con la vida de mi hija, sino que al menos tuviera la oportunidad de nacer y morir cuando Dios quisiera, no por una decisión nuestra.
A partir de ese momento, mi marido y yo entramos en paz y tranquilidad , lo cual no significa que el sufrimiento desapareciera. Todo lo contrario, el sufrimiento ha estado ahí, pero el señor nos permitió entrar en el sufrimiento con paz. 
Durante el resto del embarazo, cuatro meses, en medio del sufrimiento hemos visto la mano de Dios, que no nos ha abandonado en ningún momento. Hemos descubierto  y sentido el poder que tiene la oración, tanto de las personas de mi comunidad que a estado ahí en todo momento, cómo de la oración personal: todas las mañanas le pedíamos al Señor que nos allanara el camino, para sobrellevar la situación, y con los niños cada noche rezaba el rosario con ellos. 
Durante estos cuatro meses el señor nos ha puesto a personas que nos ha ayudado, al haber  pasado por situaciones muy parecidas; al ginecólogo que se ha volcado con nosotros desde el primer día, no sólo profesionalmente sino también me ayudaba en cada revisión, me ha ayudado a estar tranquila, acompañándome hasta el final. 
El día 9 de febrero nació nuestra hija Mónica.  Anibal la bautizó, en presencia de su padre, su abuela y su madrina. Nació en las condiciones que los médicos nos habían prevenido pero con la particularidad de que el señor le concedió cuatro horas de vida, que las pasó  acompañada del calor de sus padres y sus familiares. Murió en la madrugada del día 10 en presencia de sus padres y su familia. 
A día de hoy sé que el Señor no nos ha abandonado, a pesar de todo el sufrimiento. He visto que como en mi debilidad el Señor nos escogió a mi marido y a mi, para ser padres de un ángel, que tenemos la certeza que desde el cielo cuidará de mi familia, intercediendo ante Dios por nosotros. También hemos descubierto que los cuatro hijos que tenemos no los tenemos por nuestra voluntad, sino porque Dios lo ha permitido, pues sólo de él depende la vida; que los únicos planes para ellos, son los que Dios tiene pensados, pues yo y mi marido, tan sólo somos meros instrumentos para traerlos a la vida, y nuestra principal misión es ayudarlos a crecer en la fe.