- Si tu conocieras tus pecados, te desesperarías.
-Entonces, dice el alma, si tú me los revelas, yo me desesperaré
-No- dice Dios- tus pecados te serán revelados según vayas experimentando que te son perdonados.
Solo a la luz del perdón, a la luz de la misericordia de Dios, podemos conocer nuestra miseria amada por Dios hasta el extremo de la cruz de Cristo.
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