PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

miércoles, 18 de octubre de 2017

Nuestro amigo y hermano misionero, César, desde Burkina Faso - África

Uagadugú, Burkina Faso, 15-10-17. 

Queridos amigos de la Parroquia San Sebastián

Soy César, sacerdote salesiano de Pozoblanco, que llevo 35 años de misionero en África. Estoy muy contento de ser misionero; esto ya es mi vida y mi vocación y esto me hace ser feliz  aunque a no es fácil adaptarse al calor de aquí, a las comidas y a las costumbres de estos pueblos.

Cuando tenía 10 años, una vez llegó un misionero a darnos una charla. Lo que nos dijo me impresionó, y desde aquel día empecé a sentir el deseo de irme a las misiones. Este deseo se ha realizado.

Trabajo en una ciudad que se llama Uagadugú; es la capital del Burkina, un país de Africa donde hace mucho calor pues está cerca del desierto del Sahara. Este país es de los más pobres del mundo, el tercer último. La tierra no da mucho, a causa del mucho calor y de las pocas lluvias.


Os quiero decir algo sobre los niños y la escuela.
Aquí hay muchos niños. Muchos van a la escuela pero no todos. Para muchos niños, comer todos los días no es fácil. Muchos días se quedan sin comer. Por supuesto van a la escuela sin desayunar. Los que pueden, compran alguna cosa, a media mañana, con el poco dinero que le dan en casa, pero muchos no pueden; algunos comparten lo poco que tiene con los que no tienen nada.

Aquí las distancias son grandes, y esto es un problema para los alumnos, sobre todo a medio día, para volver a casa a las 12 y media y de nuevo estar en la escuela a las tres de la tarde. El sol quema a esas horas. En la escuela el techo es de latón y, como no es muy alto, hace mucho calor, por lo tanto no es fácil seguir las explicaciones, sobre todo cuando además del calor no se ha comido bien. Además los alumnos son muy numerosos, hay clases de 80 y hasta de 120 alumnos. Os podéis imaginar.

Hay una cosa que me llama la atención. A veces, organizamos fiestas y siempre hay algo que comer. Cuando se ponen a comer dejan el plato completamente limpio. Nunca sobre arroz.

Os cuento todo esto para que os hagáis una idea de la vida por aquí. Sin embargo se ve a los niños contentos, pues los africanos no pierden la alegría en medio de las dificultades.
A veces el ver estos problemas me pone un poco triste y me pregunto por qué las cosas son así en el mundo ? De todas formas no hay que lamentarse. Más bien hay que seguir trabajando, luchando al lado de estar personas y aprender también muchas cosas de ellos.

Desde hace ya varios años llevamos un centro donde los jóvenes, en su mayoría chicas, aprenden la costura, el tejido y la peluquería. Son personas que no tienen muchas posibilidades, por eso queremos que tengan una oportunidad en la vida. Al cabo de dos años pueden ponerse a trabajar. Pero su nivel de estudios es muy bajo pues muchas no han ido a la escuela y casi no saben leer ni escribir.
Por eso hemos pensado que es necesario hacer una escuela; queremos empezar el año que viene. Sera una escuela muy grande, desde la clase primera hasta terminar el bachillerato. Con este proyecto pretendemos dar a muchos niños la posibilidad de ir a la escuela y de terminar sus estudios.
Ya os podéis hacer una idea de lo que hacemos por aquí. Los misioneros tenemos trabajo pues las necesidades son muchas, pero el Señor nos da fuerza; podéis imaginar que a mis 71 años ya se va cansando uno, pero mientras el Señor nos dé fuerzas, estaremos por aquí haciendo lo que se pueda, ya que nosotros no nos podemos jubilar viendo el trabajo que hay que hacer.

Sabemos que vosotros os preocupáis por todos estos problemas; sabemos que hacéis un esfuerzo para compartir vuestro dinero con estos niños. Hay muchas personas que trabajan allí en España como si fueran misionero pues van por las escuelas, organizan actividades para obtener dinero y de esta forma nos ayudan mucho. Ellos nos envían ese dinero y podemos construir escuelas, hacer bancos, comprar material escolar y ayudar un poco a los niños que no tienen dinero.

Os tenemos que dar las gracias por lo que hacéis. Yo hacía lo mismo cuando estaba en Pozoblanco. Por eso, cuando terminé mis estudios, dejé todo en España y me vine a África para trabajar con estas personas.

También vosotros podéis hacer esto, al menos, cuando terminéis vuestros estudios, podéis veniros, por ejemplo dos años, a trabajar como médicos, como enfermeras, como electricistas, según vuestro trabajo. Os aseguro que sería para vosotros una experiencia muy bonita.


Por el momento ya hacéis una buena cosa compartiendo vuestro dinero. Un cordial saludo desde Africa. Vuestro amigo y hermano misionero, César

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