PARROQUIA SAN SEBASTIÁN DE POZOBLANCO

lunes, 21 de agosto de 2017

Desde el corazón de Sudamérica

Aprovechando estos días en el corazón de Sudamérica y la reciente fiesta de la Asunción de la Virgen, una pequeña pincelada:
15 de agosto de 1537, Juan de Salazar y Espinoza fundaba oficialmente la Casa Fuerte «Nuestra Señora de la Asunción», un fuerte militar a orillas del río Paraguay.
Estos castellanos impulsados por el deseo de emprender una obra civilizadora y evangelizadora, se adentraron en estas selvas, sorteando toda suerte de peligros, carencias y enfermedades, con el riesgo de ser el almuerzo de algún jaguareté (tigre americano) o de alguna tribu (el famoso caldo ava o caldo de hombres).
Juan de Salazar y Espinoza, el fundador de Asunción, era capitán real y comendador de la Orden de Santiago. Formaba parte de una expedición al mando de Pedro de Mendoza, el cual tenía la misión de conquistar y poblar la zona del Río de la Plata para contrarrestar el avance de los portugueses.
La alianza con los carios guaraníes era fundamental para la sobrevivencia de los españoles, quienes estaban a una distancia inmensa de la madre patria, sin la posibilidad de comunicación con los de su misma raza, con el agotamiento físico y moral, luego de tantas penurias y fatigas.
Gracias a esta alianza los castellanos conquistadores mezclaron su sangre con la del guaraní y nació el mestizaje.Y así a lo largo de los siglos en medio de luchas, entendimientos, bajo el estandarte de la cruz y el amparo maternal de la Virgen de la Asunción, surgió un hombre nuevo: el paraguayo.
En 1541, el puerto de Nuestra Señora de la Asunción se convertía en ciudad. El fuerte fundado por los españoles a orillas del río Paraguay hace 480 años se terminaría convirtiendo en la base de donde partieron las expediciones que establecieron más de 70 ciudades en Argentina, Bolivia, Brasil y, por supuesto, Paraguay.

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