Con Jaylen Brown, en la catedral, jugador de baloncesto de la NBA. |
No somos invitados a una valentía inútil, suicida, irresponsable. Frente al miedo, la mejor reacción es la confianza y el abandono en manos de la Providencia; la certeza de saber que Dios cumple su Palabra; fiarse de Dios; mirar a los que nos preceden en la fe.
“¡No tengáis miedo a abrir de par en par las puertas a Cristo!” (San Juan Pablo II). El miedo nace siempre de la amenaza del mal, y en ocasiones parece muy poderoso. Pero el don que hemos recibo en Jesucristo es mucho más grande.
El miedo no se vende por una decisión de la voluntad, sino con la ayuda de la gracia. La gracia de Dios vence en nuestra debilidad.
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