Hilario Urbano con su esposa e hijos con el nuevo Cardenal de Estocolmo |
Invertir en la familia, es lo mejor que podemos hacer; porque aquí al final, lo de siempre, o faltan niños o sobran viejos. A mayor éxito de los métodos de control de natalidad, mayor éxito de los métodos de control de la supuesta muerte digna. En una visión cristiana de la vida no sobra nadie, ni viejos, ni niños.
Sólo el Evangelio de Jesucristo puede abrir los corazones a la vida y salvar nuestra sociedad del suicidio demográfico. Sólo el matrimonio cristiano abierto a la vida, sólo la belleza de la familia cristiana, apoyada en la Iglesia de Cristo, puede salvar a esta generación que se ha cerrado a la vida a cal y canto.
Ánimo, hay esperanza, sabemos que la última palabra no la tiene el mal ni la muerte, sino el bien y la vida. Porque Cristo ha vencido la muerte, ¡ha Resucitado!
Dios siempre provee, y ya ha comenzado su obra.
Si la familia vive en el amor, la sociedad vive en el amor. Por qué no se apoya a las familias? Son la primera célula de la Sociedad.
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