Hazle a tus familiares, amigos y vecinos el favor de ser feliz

Unos jóvenes dan el paso de casarse, porque están enamorados, y por amor uno es capaz de dejarlo todo… Cuando no hay amor verdadero la vida se vuelve pesada, aburrida, triste… 

 Está comprobado (si lo prefieres “científicamente) que es más fácil convivir con personas felices que con personas infelices. El que es feliz crea un halo de felicidad en su entorno. También está comprobado que lo que hace feliz a una persona es el amor. Quien vive rodeado de cosas y no tiene amor, no es feliz. Quien se sabe amado necesita pocas cosas para disfrutar de la vida.

 La calidad del amor marca la intensidad de la felicidad. Mejores amores producen personas más felices. Amores mediocres producen personas “medianamente” felices, o “felices a ratos”.

    “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado” dice el Evangelio del día de hoy. Aquí lo más importante es lo nuevo: como yo os he amado. Por eso recibe el Amor de Cristo y deja que te haga feliz. Si así lo haces, el amaos unos a otros saldrá solo. Amarás como eres amado. Solo en este Amor y con este Amor la Vida se cumple.

 En fin: hazle a tus familiares, amigos y vecinos el favor de ser feliz.

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