Soy un niño especial,
pero la diferencia no está
en lo peculiar de mi apariencia,
sino en la candidez que Dios me ha dado.
Dicen que me
falta inteligencia,
tengo un don superior que es la inocencia,
y es mi arma para amar y ser amado.
En esta vida
estoy siempre a la espera
de un gesto fraternal que me dé aliento,
no importa si vivo en un palacio o en la vera,
cuando el amor me sirve de alimento.
Tengo en mi
frágil pecho una dolencia,
mi corazón merece ser salvado.
Traje bajo el brazo un mandamiento:
amar de corazón y sin espera
porque el amor nos salva y nos libera.
Me bendijo
Dios con la existencia,
y mi alma del paraíso es heredera,
su bendición me alcanza dondequiera
y así puede alcanzar a quien me quiera,
pues si recibo amor, amor fomento.
No lo cambio por nada en el mundo. Estoy súper feliz con mi hijo |
Que nadie tenga miedo de recibir el regalo de la vida, cuando un niño es especial, distinto... No conozco a nadie que se haya arrepentido de haber aceptado y acogido una nueva vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario