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Elegir un nombre para el bebé es la primera decisión importante que han de tomar los padres. No querréis elegir un nombre demasiado de moda, pero tampoco querréis que sea demasiado extraño, y así evitar la condena de tener que deletrearlo y explicarlo cada vez que se presente durante el resto de su vida.
Así que si esperáis un hijo o una hija y estáis buscando un nombre que sea espiritual y que a la vez guarde un significado, bueno, si estáis explorando el árbol genealógico familiar, repasando libros de nombres para bebés y veis que no tenéis suficiente, echad un vistazo a estos nombres de santos.
Son nombres todos asociados especialmente al tema de la misericordia, teniendo en cuenta este año jubilar de la misericordia que termina en el mes de noviembre; algunos ya os resultarán familiares, otros tal vez sean, por así decirlo, más atrevidos.
De todas formas, es posible que al leer sobre los actos desprendidos y piadosos de estas notables personas recibáis la inspiración para honrar su devoción a la misericordia y dar el don de su nombre a vuestro hijo o hija.
María Isabel
Para una pequeña en la que depositaréis vuestra esperanza para que sea valiente y tenga fe incluso en las circunstancias más adversas.
María Isabel Hesselblad (1870-1957) fue canonizada este año por el papa Francisco. Una enfermera suiza convertida al catolicismo, fue la encarnación del concepto de misericordia, y prueba de ello fue su esfuerzo por salvar a judíos de las garras de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial; de no haber sido por su directa intervención, a la mayoría de aquellas personas les esperaba una muerte segura.
María Domenica
Para una pequeña que cuidará de los demás a través de actos de misericordia espirituales y corporales.
María Domenica Montovani (1892–1934) trabajaba con personas gravemente enfermas en su parroquia de Verona, Italia, ya desde muy joven. Fue cofundadora, junto con el beato José Nascimbene, de la Congregación de las Hermanitas de la Sagrada Familia.
Antonio
Para un chico que ilumine a los ignorantes e iletrados.
San Antonio de Padua (1195–1231) es ejemplo de obra espiritual en la instrucción de los ignorantes. Era amigo de san Francisco de Asís y era famoso por su habilidad para predicar con vehemencia la palabra de Dios entre los jóvenes que estudiaban para unirse a la Orden de los Franciscanos.
Catalina
Para una chica que tenderá una mano hacia los miembros olvidados y abandonados de la sociedad.
Catalina de Siena (1347–1380) tocó las vidas de muchos durante su corta vida: desde muy joven ofrecía comida, bebida y ropa de su propio hogar a aquellos que más lo necesitaban. También demostró un gran amor y misericordia por los prisioneros, a quienes acompañaba camino del patíbulo, y también asistió a los golpeados por la peste.
Teresa
Para una creadora de comunidad.
Santa Teresa de Ávila (1515–1582) fue una monja carmelita cuyo concepto fundamental de vida religiosa era formar comunidades dedicadas a la compasión y la misericordia. Vivió en una época de gran agitación e incertidumbre en la Iglesia y dedicó su vida a reformar, tanto la orden de carmelitas como a sí misma.
Leo
Para un chico que sepa escuchar.
Leopoldo Mandic (1866–1942) es un santo franciscano capuchino. Ambicionaba ser un gran misionero, pero en su lugar se le pidió que asumiera el trabajo de confesor.
Se convirtió en un magnífico guía espiritual y durante 40 años se pasó doce horas al día en el confesionario, dejando a un lado sus propias aspiraciones para mostrar misericordia y compasión con aquellos más cerca de su hogar.
Isabel
Para una chica que crecerá para cuidar de los necesitados.
Santa Isabel de Hungría (1207–1231) era esposa de un noble en lo que hoy día es Alemania. Después de la muerte de su marido, construyó un hospital donde ayudó personalmente en la atención sanitaria de los enfermos. Se convirtió en franciscana de tercer orden e hizo de la oración, la penitencia y el cuidado de los necesitados sus prioridades principales.
María Goretti
Para una niña con una enorme capacidad para el perdón.
María Goretti (1890–1902) es una de las santas canonizadas más jóvenes. Con 12 años, fue atacada por un hombre que intentó violarla y falleció al día siguiente, pero no sin antes anunciar, en un último acto de misericordia, que perdonaba a su atacante.
El hombre fue declarado culpable y tras cumplir su tiempo en prisión fue a ver a la madre de María para pedir su perdón. Vivió con monjes franciscanos como seglar durante el resto de su vida.
Aunque la historia de María es trágica, pone de manifiesto el poder del perdón y se eleva por encima de la injusticia.
Juan
Para un chico que esperáis sea un valiente líder espiritual.
Juan Vianney (1786–1859) vivió en Francia en un periodo en el que era ilegal que los católicos fueran a misa.
Su familia, como otros, viajaba a menudo largas distancias para poder escuchar a sacerdotes predicando en misas clandestinas. Debido a la valentía de estos líderes espirituales, Juan sintió una fuerte vocación hacia lo que él percibió como el heroísmo del sacerdocio.
Max
Para un chico valiente que defiende a los demás antes que a sí mismo.
Maximiliano Kolbe (1894–1941) era un fraile franciscano polaco con una historia conmovedora que demuestra su fuerza de carácter. Fue capturado por las autoridades alemanas nazis en febrero de 1941 y hecho prisionero de Auschwitz.
Tras la desaparición de tres prisioneros del campo, uno de los comandantes del campo ordenó que diez prisioneros ayunaran hasta morir, como represalia. Kolbe se intercambió por uno de los que ya habían sido seleccionados para formar parte de esos diez.
Pedro
Para un chico que socorrerá a las víctimas del pecado.
Pedro Claver (1580–1654) nació en España y entró muy joven en la orden de los jesuitas. Viajó a Colombia, donde todos los meses llegaban miles de esclavos africanos, y allí pasó los siguientes 33 años predicando sin descanso entre estas gentes, cuidando a los enfermos, bautizando y asegurándose de que conocían el amor de Dios.
Vicente
Para un chico que alimentará a los hambrientos.
Vicente de Paúl (1581–1660) fue un sacerdote francés que pasó gran parte de su tiempo ayudando a los enfermos, los pobres y los vulnerables. Entendía las limitaciones del esfuerzo individual, así que se dirigió a los más pudientes para pedirles sustento en su labor. Él y sus ayudantes llegaban a dar sopa y pan hasta 16.000 personas pobres cada día. Muchas parroquias de hoy en día continúan la labor de Vicente a través de las sociedades de San Vicente de Paúl.
Faustina
Para una pequeña que propagará la misericordia de Dios.
Faustina Kowalska (1905–1938) era una de los diez hijos nacidos en una familia polaca pobre. Una serie de visiones le dijeron que anunciara el mensaje de la misericordia de Dios a todo el mundo, incluso aquellos que habían renunciado a Su camino y palabra.
Martín
Para un chico que forjará su propio camino.
Martín de Tours (316–397) nació de padres paganos en lo que es la Hungría de hoy en día. A la temprana edad de 12 años, empezó a plantearse si debería continuar su estilo de vida pagano o convertirse para seguir a los cristianos.
Durante el resto de su larga vida siguió un camino que no era precisamente lo que su familia y conocidos esperaban de él. Predicó el amor de Dios hacia todos, ya fueran paganos o cristianos, y mostró su amabilidad y cariño a todos los que conoció.
Margarita
Para una chica espiritual con un corazón romántico.
Margarita de Escocia (1045–1093) viajaba en barco hacia Hungría cuando una tormenta cerca de la costa de Escocia hizo naufragar el navío. El rey escocés, Malcolm III, invitó a Margarita y su familia a permanecer en su castillo hasta que el barco fuera reparado… y Margarita y Malcolm se enamoraron y acabaron casándose.
Margarita influyó en su marido para que siguiera al Señor y juntos abrieron muchos monasterios, iglesias y escuelas en Escocia. Margarita ayudó a los necesitados con comida y ropa, e incluso dio cobijo a mendigos en su castillo.
Francisco
Para un chico que mantendrá a raya el mundo de lo material.
Francisco Javier (1506–1552) viajó a la India en 1541 para predicar entre los pobres sobre la vida de Jesús. Aunque no sólo predicaba, sino que vivía conforme a sus enseñanzas.
Vivió como vivían los pobres, comía lo mismo que ellos y compartía su vida y su trabajo con los menos afortunados del mundo.
Esteban
Para un chico que crecerá al cuidado de los necesitados.
Esteban el Mártir (murió en el 34 d.C.) es venerado como el primer mártir cristiano. Se convirtió del judaísmo después de escuchar la predicación de los apóstoles de Jesús y ayudó a distribuir comida y ropa entre los más pobres de Jerusalén.
Sin embargo, algunos judíos consideraron que había renunciado a Dios al seguir la palabra de Jesús, así que lo sacaron a la fuerza de Jerusalén y lo lapidaron. Él perdonó a sus verdugos mientras agonizaba y pidió al Señor que no le recriminara sus pecados
La lista de nombres es larga. Proponemos y aconsejamos el santoral cristiano, tan rico y variado como para que uno escoja un nombre original para su hijo y a la vez lo encomiende a un santo que lo proteja. Parecen tonterías, pero no lo son: al comienzo del cristianismo, los paganos que se bautizaban se cambiaban el nombre para ponerse uno cristiano.
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