El Viernes de Dolores supone sin lugar a duda el punto álgido de la Cuaresma y uno de los días que nuestra Parroquia marca en su calendario, pues no sólo supone el culmen de los 40 días sino también la antesala de la semana más importante del año cristiano. Como todos los años en San Sebastián ha sido un día donde la gran protagonista ha sido “La Soledad”. La imagen estuvo expuesta desde el medio día en solemne besamanos, por lo que muchos fieles acudieron también a esta tradicional cita. Pero la celebración principal tuvo lugar a las 20 hs, con la fiesta de regla de la hermandad.
Tras 365 días de espera, la Semana Santa ha comenzado con la celebración del Domingo de Ramos.
Que nada, absolutamente nada, nos impida celebrarla como debe ser estos días, con recogimiento y espiritualidad: “vivir las procesiones, las que van por fuera y las que van por dentro”. La acción más importante y (dice el Concilio Vaticano II) no equiparable a ninguna otra para todo cristiano católico, es la celebración litúrgica donde sacramentalmente actualizamos los misterios de nuestra fe; habría que buscar que lo exterior no restara presencia a lo interior.
Cornetas y tambores, costaleros y nazarenos ya está todo apunto… las imágenes quieren ser una catequesis plástica, que desfilan por nuestras calles en esa mezcla de ritmo, de sonido, de silencio, de colores…de imágenes que penetran por los ojos y que a veces tocan el corazón…
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