...La vida misionera es muy bonita, es verdad que da mucho trabajo, ya veis, yo ya voy haciéndome viejo... pero no me arrepiento de haberme venido. Ser misionero era la ilusión de mi vida y me acuerdo cuando era niño que íbamos con nuestras huchas a recaudar dinero el día del Domun para las misiones. Ahora comprendo por qué se recoge dinero para las misiones pues hay que hacer muchas cosas y aquí faltan medios y son muchas las necesidades...
El Señor nos dice en el evangelio: id por todo el mundo y anunciad la buena noticia.
Yo sé que muchos de vosotros tienen deseo de hacer como yo. Sería estupendo si algunos de vosotros, cuando terminen sus estudios se viniera a las misiones; necesito algunos que vengan aquí y que me vayan sustituyendo pues yo ya me canso, aunque os digo que mientras Dios me de salud seguiré trabajando por hacer algo de bien a las personas. Os digo que merece la pena. Es lo mejor que una persona puede hacer en este mundo: dar su vida por los demás, dar su vida por anunciar la Palabra de Dios.
Un fuerte abrazo de vuestro hermano y amigo misionero, “tarugo” de pura cepa.
Cesar Fernández
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